Ocurrió en Almoradí, el pasado viernes 13 de noviembre. Uno de esos sucesos que de vez en cuando, solo de vez en cuando, se cuela entre las noticias de una normalidad que sigue siendo la vieja aunque se empeñen en decirnos que es nueva. Es de esos en los que alguien pierde dinero y alguien lo encuentra y lo devuelve. Nada extraordinario. Sin héroes ni vidas que salvar. Solo personas anónimas con sus pequeñas historias anónimas, de las que suelen pasar desapercibidas.

Hasta que alguien las cuenta, y al descubrirlas entre la vorágine de noticias que nos engulle cada día, nos ponen una sonrisa en la cara, o hacen pensar que todavía queda buena gente mientras imaginamos qué habríamos hecho nosotros. Y hasta nos alegra, porque no deja de ser una historia de las que acaban bien.

Ocurrió ese viernes, en el mismo corazón de Almoradí, en el cruce de Tomás Capdepón con la avenida de España. Calles del centro administrativo y financiero de la ciudad que en las horas centrales de la mañana bullen de vecinos y vecinas que realizan sus gestiones en el Ayuntamiento, en los bancos. Que hacen sus pequeñas compras del día, que salen a tomar el sol. Y fue una de sus vecinas la que, al cruzar por un paso de peatones, reparó en un sobre que había en la calzada confundido con la pintura de la señalización. Recogerlo y ver que en su interior había dinero fue un momento, y muy cerca como estaba de la Plaza de la Constitución, pensó que lo mejor era acercarse al Ayuntamiento de Almoradí. Desde la administración local se alertó a la Policía Local que se encontraban de servicio en dependencias municipales. Eran alrededor de las once de la mañana.

Mientras, a esa misma hora, otro vecino de Almoradí vivía con angustia la búsqueda de un sobre con dinero que había perdido. Acababa de salir de uno de las entidades financieras que jalonan la calle que termina en el teatro Cortés. Tenía que hacer frente a algunas facturas, por eso había pedido el reintegro de dos mil euros que tenía en su cuenta y los había guardado en un sobre. Para él (como para muchos en estos tiempos), una pequeña fortuna.

Sobre y dinero debió perderlos sin darse cuenta al cruzar la calle. Hasta que se dio cuenta y su día viernes 13 se paró en seco. Apenas media hora de pesquisas callejeras le llevó a la Policía Local de Almoradí encontrar al propietario de los dos mil euros del sobre, que como loco iría el pobre sin saber muy bien dónde mirar.

Comprobado que el fraccionamiento de los billetes coincidía con el que decía el hombre, también la operación de la sucursal en la que había realizado la operación, recuperó éste sobre, dinero y la fe en el ser humano. Explicando el final feliz de este suceso el jefe de los policías almoradidenses destacaba la honestidad de la acción de la señora que entregó el sobre con el dinero a quien mejor podía dar con su dueño, y señalaba que devolver lo que uno encuentra (sobre todo si lo que se encuentra es dinero) sigue siendo un hecho excepcional.