El último Consejo de Gobierno celebrado ayer por la Universidad de Alicante, antes de la cita en las urnas para elegir al rector o rectora que sustituya a Manuel Palomar al frente de la institución académica el próximo jueves, 3 de diciembre, volvió a poner sobre la mesa la posibilidad de que las votaciones fueran telemáticas, pero tampoco prosperó esta vez.

El escollo sobre el que el propio Palomar se apoyó hace dos meses para defender unas elecciones presenciales, porque la empresa adjudicataria del sistema del voto electrónico entró en concurso de acreedores y la situación restaba garantías de viabilidad, ha quedado solventado al comprarla una multinacional, pero el actual Rectorado volvió ayer a defender la votación presencial por la inseguridad jurídica que podía derivarse del cambio de votación una vez empezada la campaña.

Así lo expresó el propio rector con la lectura de un informe jurídico encargado, como es habitual, al abogado José María Baño, y el Consejo ratificó con mayor margen que la última vez que las votaciones se mantengan presenciales.

En la parte contraria, el delegado de la sección de CC OO en la UA, José Manuel Mora, defendió el cambio al voto electrónico «sobre todo por la salud de cuantos van a participar en medio de una pandemia y porque se garantizaría que todo el que quiera, confinado o no, pueda ejercer el derecho al voto».

También apuntó Mora que la evolución de la pandemia ha ido a peor, y que un informe pedido al respecto a Salud Pública recomienda el voto electrónico, pero no obtuvo el respaldo necesario y tampoco se originó el dilatado debate que la vez anterior.

La propuesta por el voto electrónico volvió a sumar 13 votos como hace dos meses, frente a los 34 por el voto presencial (cuatro más que la última vez), y una abstención explicada por Francisco Martín, miembro a su vez en el Consejo Social, por considerar que el organismo social no debe entrar en esta polémica.

Por otra parte, el colectivo de estudiantes retiró a última hora una propuesta en la que solicitaban la suspensión de todas las evaluaciones previstas para la jornada de las votaciones, y que se pospusieran para otro día.

Miembros del Consejo de Gobierno valoran al respecto que nunca antes se habían suspendido exámenes en la UA por las elecciones, y que la petición se contradice con el respaldo de los mismos representantes de los estudiantes a la votación presencial, puesto que sin exámenes se favorece que menos alumnos vayan a clase y, por lo mismo, acudan a votar.

Al ser retirada la propuesta, la Universidad mantiene los exámenes previstos para el jueves día 3 de diciembre, jornada electoral.