La Fiscalía aseguró ayer que Alejandra García planificó el crimen del hijo de su pareja y mantuvo para ella la petición de una condena de prisión permanente revisable por asesinato. Tesis a la que se sumaron las acusaciones particulares, que ejercen la madre de acogida del niño asesinado y la Generalitat Valenciana. Las conclusiones finales de las partes centraron ayer la sesión del juicio por este crimen que conmocionó Elda en el verano de 2017. En sus alegatos, las acusaciones incidieron en la premeditación por parte de la procesada, mientras que desde la defensa se argumentó que se trató de una muerte accidental y que la conducta de Alejandra fue una improvisación durante una situación en la que se vio desbordada.

Un jurado popular formado por seis hombres y tres mujeres comenzará a deliberar a partir del lunes el veredicto. En el caso de que el fallo sea de culpabilidad y de que el magistrado le imponga esa pena, sería la segunda vez que la prisión permanente se aplica en la provincia de Alicante desde que entró en vigor en 2015. La otra condena se dictó hace poco más de un mes en Elche por la muerte de otro niño.

El pequeño Dominique de ocho años de edad murió estrangulado el 30 de agosto de 2017 en su domicilio de Elda. En el banquillo por este crimen se sienta la pareja sentimental del padre del pequeño. En un primer momento, la procesada simuló que habían sufrido un asalto por unos desconocidos que también habrían tratado de agredirles sexualmente. Las incongruencias en su relato la convirtieron en la principal sospechosa, hasta que nueve meses después pudo ser detenida tras una minuciosa investigación por parte de la Policía. En ese momento, la acusada reconoció que el supuesto asalto fue una invención. Aseguró entonces que el niño se atragantó y que se lo inventó todo porque se quedó bloqueada. Desde su arresto es la versión que ha venido manteniendo y ayer se reafirmó en ella.

La fiscal Alicia Serra sostuvo que la acusada tenía el crimen planeado porque el niño se había convertido en un obstáculo para el proyecto de familia que ella había trazado con su pareja y padre del menor. Sin embargo, a lo largo de su informe, no profundizó sobre el posible móvil del asesinato porque, según explicó, «el pensamiento no delinque, son los hechos los que lo hacen». Para la acusación pública, uno de los indicios de la premeditación fueron las notas con extraños símbolos que aquel verano fueron apareciendo en la vivienda familiar. Considera que con ellas, la procesada habría tratado de dar la apariencia de que alguien estaba vigilando la casa. Alejandra siempre ha negado ser la autora de esos pósits.

Carta delatora

A juicio de la fiscal Serra, el único motivo por el que la acusada había admitido que se inventó la historia del asalto «no fue por un acto de generosidad sino porque se sintió acorralada». Al prolongarse la investigación, «los rumores que corrían por el pueblo de que había sido ella se convirtieron en un clamor», aseguró. Fue en ese momento cuando la presunta asesina trató de desviar la atención de la Policía enviando una carta anónima de una persona que decía haber escuchado a los agresores hablando de lo ocurrido y que el asalto se les había ido de las manos. «Esa carta fue su perdición», precisó la fiscal, que recordó que entonces el cerco se estrechó sobre ella.

La representante del Ministerio Público insistió en que el informe de los forenses había dejado claro que ni el niño se atragantó, ni el supuesto jamón con el que Alejandra dice que se ahogó apareció por ninguna parte. Ella lo estranguló, sin posibilidad de poder defenderse y con la camiseta que el niño llevaba puesta, según su tesis. «Dominique no podía imaginar que la persona que le estaba cuidando fuera a matarle. Uno se siente protegido cuando está en familia», explicó.

«La encausada no contaba con el minucioso trabajo de la Policía que desmontó su historia», relató Serra, recordando que otro de los detalles que no tuvo en cuenta fue que nadie del edificio escuchó, ni vio nada anormal esa tarde. «No se dio cuenta de que las paredes oyen porque ella no oye», enfatizó. La acusada padece una discapacidad auditiva, motivo por el que ha estado asistida en el juicio por una logopeda y se ha instalado un sistema de estenotipia.

Desde la acusación particular que ejerce la abogada Marta Castaño en nombre de la madre de acogida del pequeño, Penélope Martínez, se incidió en la «minuciosa investigación policial» tras la que se evidenció que aquella tarde en la vivienda solo estaban Alejandra y Dominique. La letrada afirmó que la acusaba empezó mintiendo cuando fingió el asalto de la vivienda y «continúa haciéndolo ahora». En su informe también se apuntó a la existencia de premeditación, «era el primer día que Daniel, el padre, empezaba a trabajar tras las vacaciones, el último que el niño estaba en la casa por el régimen de visitas», para indicar el por qué se eligió ese día.

Improvisación exculpatoria

Desde la defensa, la abogada Encarnación Flores que ha asistido por el turno de oficio a Alejandra desde su detención a finales de mayo de 2018, comenzó el informe negando esa preparación del crimen. «Aquella tarde todo fueron imprevistos. Dominique decidió quedarse en casa en el último momento y lo previsto era precisamente que se marchara con los padres de Alejandra para ver unos perritos», explicó. También recordó que agentes de la Policía Local habían quedado en pasar esa tarde por la casa para hacer alguna indagación sobre el origen de las misteriosas notas.

«Ella ya contó que había inventado la historia del asalto», enfatizó, e insistió en que todo lo que hizo la acusada fue «improvisado». «No es una delincuente profesional y se aturulló», subrayó. Sobre la simulación del delito, que también le imputan las acusaciones, la defensa planteó una eximente de miedo insuperable, ya que «pensó que su vida se desmoronaba. Tenía un hijo, estaba embarazada e iba a perder a su pareja. Se bloqueó porque pensó que todo lo que tenía iba a desaparecer», dijo

La letrada volvió a insistir en la versión de que el niño se atragantó. «Dicen que no se han encontrado muestras del jamón, pero no se ha analizado el contenido del estómago», aseguró, añadiendo que la inspección se centró en el dormitorio donde se encontraba el cuerpo y no en el comedor, donde realmente ocurrieron los hechos. «No todo es tan evidente como parece», apostilló la letrada eldense.