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Análisis

Las maniobras de Soler y Sanguino

Ni las peores cifras de la segunda ola de la pandemia frenan al diputado ilicitano, que intensifica su ronda de reuniones para hacerse con la secretaria provincial del PSOE, ni al portavoz socialista en Alicante, que se vende ahora como alternativa a Millana

Alejandro Soler y Francesc Sanguino

El PSOE aún no ha puesto fecha para su congreso federal, aunque todos dan por hecho que no será hasta bien entrado 2021, siempre y cuando lo permita el covid. A partir de ahí, el PSPV con el congreso nacional y los socialistas alicantinos deberán hacer lo propio. Sin embargo, ni la incertidumbre que rodea a las fechas -desde València siempre han mantenido que la prioridad ahora es la situación sanitaria y consolidar el Gobierno en la Comunidad y en Madrid- ni que la provincia haya alcanzado sus peores cifras de la segunda ola de la pandemia han frenado algunas maniobras internas. Todo lo contrario. Los movimientos de Alejandro Soler, exalcalde de Elche y hoy diputado en Madrid, para postularse como secretario provincial no sólo no se han detenido con los rebrotes, sino que incluso se han intensificado en las últimas semanas. Ahora bien, no ha sido el único. También el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Alicante, Francesc Sanguino, ha entrado en faena en los últimos días, en su caso, para postularse como secretario general en Alicante apelando a su faceta de sanchista reconvertido.

El primero en empezar a hacer camino fue Alejandro Soler, quien en su día abanderó la causa del sanchismo en Alicante, y que ahora poco menos que coquetea con la posibilidad de ofrecer su apoyo al actual secretario del PSPV-PSOE, Ximo Puig, si los abalistas acaban plantando batalla, convirtiéndose en una especie de puente entre los ximistas y los abalistas, a cambio de ser el sucesor de José Chulvi en la provincia. Una operación, por otra parte, que parece que no sentó nada bien al ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, cuando supo de esos movimientos que en determinados sectores socialistas se interpretan simple y llanamente como una estrategia de supervivencia política, se acabe traduciendo eso, si es que cuajara, en mantener el escaño en Madrid en un momento en el que su influencia sanchista se ha ido diluyendo, se acabe traduciendo en una carrera hacia la Diputación de Alicante. El cargo de secretario provincial directamente le permitiría entrar en alguna lista, sea la que sea.

Tanto es así que ya ha empezado a moverse, con reuniones que le han llevado prácticamente por toda la provincia y a tratar de tender puentes con todos los sectores. Ahí está el acto que se celebró a finales de octubre en l’Alfàs, donde el cargo de secretario adjunto de Política Municipal de la Ejecutiva Federal incluso le dio la posibilidad de cerrar el acto. Todo, además, cuando Chulvi aún no se ha pronunciado sobre su continuidad y en su día fue la apuesta de Ximo Puig, y, cuando, además, el nombre del portavoz socialista en la Diputación y alcalde de Alcoy, Toni Francés, también ha comenzado a sonar con fuerza en las últimas semanas como alternativa en la provincia.

Más reciente, sin embargo, ha sido el giro de Francesc Sanguino. De ser el candidato de Ximo Puig en la ciudad de Alicante ha pasado a venderse como un sanchista reconvertido que afirma que tiene la intención de dar un vuelco al partido si toma el relevo a Miguel Millana. Algo que en círculos socialistas se lo han tomado prácticamente como una broma, y que se interpreta como una estrategia -equivocada, según aseguran-, para ganar notoriedad aunque eso se acabe convirtiendo en el viaje a ninguna parte. De un lado, porque eso ha servido para que haya quien cuestione más una labor de portavoz municipal ya de por sí muy cuestionada. De otro, porque el sanchismo es bastante residual en la agrupación de Alicante, Ángel Franco sigue teniendo el control de la asamblea y, a la sazón, se han empezado a tender puentes entre el grupo del exsenador y el de Eva Montesinos. «Demuestra un desconocimiento total de cómo funciona el PSOE a nivel orgánico», sostienen algunas voces desde la agrupación alicantina.

Desde el partido, no en vano, creen que tanto uno como el otro están errando el tiro en una situación como la actual. No han sabido interpretar los tiempos, ni mucho menos el momento social, sobre todo porque la figura de Ximo Puig cotiza al alza y, por si fuera poco, la pandemia ha servido para que el jefe del Consell y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hayan aprovechado para dar no pocas muestras de sintonía. Hasta el punto de que el jefe del Ejecutivo eligió València como la primera ciudad en la que presentar el Plan de Recuperación de la Economía Española la semana pasada. Por eso, y por lo que supone con la que está cayendo que, en lugar de estar centrado uno en el Congreso y otro en el Ayuntamiento de Alicante, estén en otras cosas. Con un matiz: creen que la operación de Sanguino nace directamente muerta y la de Soler puede acabar muriendo.

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