Opinión

El acusado puede mentir

Eduardo Zaplana llega a la Ciudad de la Justicia acompañado de sus abogados.

Eduardo Zaplana llega a la Ciudad de la Justicia acompañado de sus abogados. / J. M. LÓPEZ

Como lego en materia de Derecho, y visto lo visto en informativos y tertulias (cada vez con menos ganas de saber puesto que ojos que no ven corazón que no siente), me parece inaudito que el acusado en un juicio pueda mentir. ¿Para qué se juzga, pues? Con lo lentísima que funciona la Justicia en este país, ¿a qué viene montar el paripé de una vista mediática presidida por presuntas mentiras?

Todo esto viene al caso por el juicio al ínclito Eduardo Zaplana, de actualidad estas semanas. Mientras aguardaba el inicio de la grabación del programa + que cine de Información TV, al que había sido invitado por mi compañero y sin embargo amigo Gonzalo Eulogio, salió a relucir el tema. Como letrado con amplio bagaje, inmunizado por todo lo que han visto sus ojos y han escuchado sus oídos en los Juzgados de Benalúa, con su flema habitual subrayó la frase para que nunca la olvidara: «el acusado tiene derecho a mentir».

Para los profesionales del Derecho, abogados, jueces y fiscales, este aserto interiorizado en sus mentes será legal y hasta lícito. Visto desde fuera, desde los ojos de un ciudadano de a pie que jamás ha pisado una sala de vistas es un disparate como una catedral; una anomalía que complica los ya de por sí intrincados meandros de la Justicia. Cuyo primer pecado mortal, ya lo he citado al principio, es su palmaria lentitud. Tan obvio como que en su declaración pueda mentir es que durante la eterna espera de juicio el acusado pueda fallecer. No sería el primer caso que trunca una vista pendiente. Comprendo que cada vez más españoles desconfíen de nuestro sistema judicial.