La prevención de riesgos laborales en la actividad de Aparejador, Arquitecto Técnico o Ingeniero de Edificación se remonta a la Edad Media, cuando los grandes maestros de obras, origen de esta profesión, eran los encargados del montaje de las cimbras en las imponentes construcciones como las catedrales, que siguen en pie, formando parte de nuestro patrimonio.

En la actualidad, el aparejador, como técnico en el ámbito profesional de la Arquitectura Técnica, interviene con influencia en la prevención de riesgos laborales, tanto en obras con proyecto como en obras sin proyecto (reformas). Actuando como agente implicado de forma directa o indirecta en evitar daños a la salud de los trabajadores, que se pueden materializar como accidentes de trabajo o enfermedades profesionales.

Se puede prevenir a través de esta figura en el proceso constructivo: antes, durante y después de su intervención.

La prevención empieza en la concepción del trabajo, muchos de los riesgos que se originan en los trabajos de construcción se pueden evitar o controlar en la planificación de la ejecución, actividad principal como gestores de obras. Una organización eficaz reduce la siniestralidad.

Durante la ejecución, puede intervenir desde las diferentes funciones que sus competencias le atribuyen. Participando como dirección facultativa o en la coordinación de seguridad y salud, interviene en la elección de empresas contratistas y subcontratistas que cumplan la normativa vigente, comprobando que disponen de Plan de Prevención; seleccionando los equipos de trabajo seguros (máquinas, herramientas), medios auxiliares (andamios, plataformas de trabajo), sistemas de protección colectiva y equipos de protección individual necesarios para la ejecución de los trabajos en obras.