Fuster Arquitectos ha sido uno de los responsables del lavado de cara que ha vivido el Centro Histórico de Elche. Paco Fuster nos cuenta sus impresiones sobre los resultados.

¿Cómo ha sido la realización de esta gran obra?

Esta obra ha sido un reto importante para nosotros. Se ha diseñado para el disfrute de los ciudadanos y le hemos dedicado un cariño especial. Hay que tener en cuenta que la Plaça de Baix y el eje vial de La Corredora son un punto clave en la ciudad y forman un papel fundamental en el Plan Centro diseñado por el ayuntamiento lo cual le da una mayor relevancia al proyecto. Desde los planteamientos iniciales en los que empezábamos a pensar en las posibilidades que ofrecía el espacio, hasta la ejecución final, hemos puesto todo nuestro empeño en obtener los mejores resultados, y bueno, creo que ahí está la actuación para que cada uno juzgue.

¿Qué parte ha sido la más difícil de llevar a cabo?

Quizá el mayor reto haya sido la coordinación entre ayuntamiento y la constructora para minimizar el impacto de las obras en la actividad diaria de la zona y en la medida de lo posible, cumplir el objetivo de causar las menores molestias posibles a los vecinos como a los usuarios de ese espacio. Para ello hemos establecido fases de obra para ejecutarla por tramos para que nunca estuviese cerrado la totalidad del espacio sobre el que se ha actuado y se fijó el inicio de las obras a finales de agosto, cuando la ciudad tiene menos actividad.

Otro de los retos ha sido el cumplimiento del plazo previsto para la ejecución, que hemos cumplido con éxito. Para ello previo al inicio de obras se realizó una programación exhaustiva de las mismas junto con el jefe de obra de Eiffage - Los Serranos, que ha sido la encargada de la ejecución de la contrata, y que ha cumplido a la perfección tal y como hemos señalado, facilitando mucho el trabajo y dejando constancia de ser una empresa con experiencia en este tipo de actuaciones.

Un tapiz único y una iluminación diferente. ¿De dónde sacaron la inspiración?

Bueno, he de decir que el equipo de Fuster lo componemos varios arquitectos y técnicos de diversa índole. Ha sido un trabajo de equipo bastante multidisciplinar, y desde aquí me gustaría agradecer su trabajo a todos los que han colaborado en este proyecto y les felicito por ello. A nivel estudio, tenemos la suerte de contar con esos recursos y evidentemente hemos aprovechado la oportunidad.

¿La inspiración? Pues sinceramente, tras una tormenta de ideas inicial, aportadas tanto por parte de nuestros técnicos, como del técnico municipal, Julio Sagasta, que ha participado ampliamente con una gran ilusión e implicación en el proyecto. El resultado de esas propuestas iniciales ha sido una amalgama de ideas donde se mezcla la cultura íbera, con inspiraciones de la calzada portuguesa, que le da un carácter de raíces al proyecto, y una visión más actual y europea a la hora de tratar el concepto de espacios urbanos y en definitiva el concepto de ciudad en si mismo.

¿Cómo será la vida a partir de ahora en el centro de Elche?

Pensamos que con esta actuación la ciudad ha ganado un espacio diferente. Un concepto de espacio del que la ciudad no disponía. Ahora disponemos de una plaza más diáfana, más amplia, que puede albergar actividades socio culturales y de cualquier otro tipo para el que el concepto anterior quizá no era el más idóneo. Y un eje peatonal en el centro de la ciudad, que puede ser una herramienta a utilizar de manera adecuada para dinamizar la actividad sobre la zona de actuación y las calles adyacentes.

¿Qué opinión cree que van a tener el resultado de las obras los ilicitanos e ilicitanas?

Bueno, a esta pregunta prefiero que contesten todos los ilicitanos. Nosotros estamos contentos con el resultado aunque sabemos que es materialmente imposible contentar a todo el mundo. Este tipo de actuaciones siempre conllevan cambios en los hábitos de los ciudadanos, y lo que si que me gustaría es que los ilicitanos juzguen este proyecto cuando tenga cierto tiempo de vida, las costumbres de los ciudadanos en el uso de estos espacios se hayan normalizado, la ciudad no vea como una novedad esta actuación y el proyecto esté integrado en la actividad diaria y cotidiana. Ese será el momento de juzgar los resultados.