Automoción

El atasco del coche eléctrico, ventana de oportunidad para las marcas chinas en Europa

La gran mayoría de marcas europeas están apostando por alargar la vida de sus gamas de modelos de gasolina ante la caída de ventas de los coches con baterías, algo que los chinos ya han detectado

España sigue a la cola de la electrificación con un mercado que no llega al 5% en lo que va de año y que ve como los modelos de combustíón vuelven a crecer en las estrategias comercales

Uno de cada cuatro coches eléctricos vendidos en Europa en 2024 vendrá de China.

Uno de cada cuatro coches eléctricos vendidos en Europa en 2024 vendrá de China.

Xavier Pérez

La irrupción en masa del coche eléctrico como solución de movilidad sigue siendo un objetivo. Pero a medio y largo plazo. Pese a que las normativas siguen empujando en este sentido con la prohibición de la venta de modelos de combustión en 2035, y los fabricantes han invertido miles de millones en la electrificación (entre un 20 y un 25% de sus recursos de I+D), en la ecuación del coche eléctrico faltaba un componente, esencial, como es el usuario.

Pese a ser una propuesta muy eficiente a nivel medioambiental, el coche eléctrico no está impactando en el mercado de la manera que políticos y fabricantes hubiesen deseado. Vivimos en una Europa de dos velocidades, el norte y el sur, en materia de electrificación. La asociación de fabricantes de automóviles europea (ACEA) publica que el 13% de las ventas de coches en el continente corresponde a modelos 100% eléctricos, una media que en los países de sur sigue experimentando un letargo preocupante. En España, en lo que llevamos de año, esa cuota no llega al 5% (4,58%) con un ligero retroceso respecto a la cifra de 2023 del 3,30%.

En muchos países, las subvenciones de los gobiernos son las que permiten mantener un crecimiento relativo, como es el caso de Francia que subió un 10,9% o Bélgica un 23,8%. La prueba está en que Alemania ha cerrado las ayudas a la compra y el mercado del eléctrico puro ha caído un 28.9%. En España, al 'tran tran' con un plan MOVES complejo burocráticamente para conseguir la subvención (pilotada por las administraciones autonómicas), la lentitud en el despliegue de los puntos de recarga y el precio de los vehículos hace que sigamos a la cola de carro europeo. El consumidor no confía plenamente en el coche eléctrico. Sigue siendo cuestión de fe.

Vuelta a la gasolina

De hecho, los fabricantes ya llevan tiempo mezclando los eléctricos 100% con los híbridos y enchufables, llamando a este segmento 'electrificado'. Eso maquilla la realidad, porque el mercado 100% eléctrico, no tira. En esta carrera por salir del agujero, ante el frenazo del coche eléctrico, los grandes constructores europeos están replanteando sus estrategias de producto a corto y medio plazo, ampliando la vida de las gamas de modelos de combustión. Un 'extra ball' como el de Seat con sus modelos Ibiza, Arona y León. No son los únicos, en el Grupo Stellantis, Jeep ha introducido para toda Europa el motor de gasolina en su modelo Avenger, que inicialmente solo iba a ser eléctrico (menos en España e Italia que ya tenía ese motor de gasolina ante la poca eficacia comercial de los eléctricos).

Todo ello en un contexto comercial complejo, especialmente en España. En 2023 el mercado llego a las 949.359 unidades, prácticamente las mismas que el consorcio automovilístico chino, Chery (gran protagonista de la semana... y del año) exportó al mundo desde su sede en Wuhu. Fueron 937.148 coches. China es el mayor fabricante y exportador de vehículos del mundo y en los primeros cuatro meses del año llevan enviados por transporte marítimo 502.000 coches, un 38% más que en 2023.

La perspectiva de China

A río revuelto, ganancia de pescadores. Y es en este escenario, de retroceso del eléctrico y regreso a la combustión, en el que los fabricantes chinos que operan en Europa van a conseguir rédito. BYD, Chery (con Omoda y Jaecoo, por ahora), Geely y MG, entre otros, ya no solo traerán coches eléctricos a nuestro mercado sino que llevan tiempo empezando a exportar a Europa vehículos de combusión.

MG, sin ir más lejos, posicionó su modelo de gasolina ZS el pasado año en España como el más vendido en tres meses, acabando como el cuarto del ránking en 2023. BYD, que al principio apostó por eléctrico, también ha anunciado la llegada de sus coches híbridos en la gama del Seal U. Chery también arranca vendiendo coches de gasolina con el Omoda 5 y seguirá con el Jaecoo 7 mientras también introduce la versión eléctrica del Omoda 5.

Eso supone que la estrategia de las marcas chinas no será dispar de las europeas en un corto plazo, con el gran agravante que supone que el modelo chino es más rápido, ágil y funcional que el tradicional europeo. Las marcas chinas practican lo que dan en llamar "evolución dinámca de modelos", lo que significa que si algo no funciona puedes cambiarlo en un corto espacio de tiempo. El mismo problema ellos lo resuelven en una semana. Aquí en Europa se tardan meses, incluso años.

El 'melón' de las baterías

El tema del coche eléctrico está intrínsecamente conectado con el proceso de producción de las baterías, así como el de las materias primas asociadas. Todos los constructores europeos son conscientes de ello y se están lanzando a fabricar baterías. En España, Sagunto, será la primera. Pero aun con eso y las seis gigafactorías que el Grupo Volkswagen y Seat (entre otros) quiere abrir en el mundo, la mayoría de la producción de baterías se concentra en china. BYD (que también fabrica coches) es una de las grandes potencias y, de hecho, Chery compra las baterías a BYD. Muchos otros lo hacen.

El presidente de ACEA y de Renault, Luca de Meo, ya ha advertido en referencia a la producción de baterías que "los europeos no vamos a controlar más de un 5% de la extracción y refinado de las materias primas del coche eléctrico de aquí a 2030". El precio materiales como el litio (esencial en las baterías) fluctúa mucho. De hecho ha subido un 12% en dos años y en poco tiempo ha caído a la mitad. La preocupación es evidente. Mientras Estados Unidos y China protegen sus mercados con incentivos a la producción y a la compra, en Europa "no hacemos más que regular como locos y no de forma coherente", añade el representante de las marcas euroepas.

Todo esto dibuja un escenario complicado para de desarrollo tradicional del coche con tecnología de baterías. El mercado del coche eléctrico crece, pero lo hace 'chino, chano`, o lo que es lo mismo, despacito. Chery abre ahora una ventana en España (y Europa) que otras marcas chinas seguirán en breve. Una gran parte de ellas disponen de una participación mayoritaria del estado chino, lo que les da un colchón financiero y de recursos contra el que en Europa no sabremos competir. El frenazo del coche eléctrico también les va a abrir una nueva ventana de oportunidad.

Suscríbete para seguir leyendo