Se acabaron la aventura internacional y las medias tintas a la hora de abordar la transformación del banco. El Sabadell anunció ayer que concentrará su negocio en el mercado doméstico y que ampliará el plan de ahorro y eficiencia que avanzó en su última presentación de resultados con la intención de poder seguir en solitario, tras el fracaso de las negociaciones para la fusión con BBVA. Unas negociaciones que ambas entidades dieron por finalizadas en la madrugada del jueves al viernes, ante las fuertes discrepancias que mantenían sobre el precio de la operación y sobre el reparto de cargos.

En concreto, fue el consejo de administración del Sabadell el que decidió poner fin a las conversaciones, según comunicó a la CNMV, al entender que no se estaban valorando sus activos y su potencial de negocio. Una decisión que, en cualquier caso, deja a la entidad en una situación compleja, en un entorno en el que la presión de los mercados y los reguladores a favor de la concentración del sector es cada vez mayor, por el temor al deterioro que provocarán los efectos de la crisis y la prolongación de los bajos tipos de interés en el negocio bancario.

Conscientes de esta presión, desde el banco con sede en Alicante -donde se mantendrá el domicilio social- se apresuraron a dar a conocer sus planes para mejorar su rentabilidad. Así, por primera vez la entidad reconoció públicamente que busca «alternativas estratégicas» para su negocio internacional, «incluyendo TSB». En otras palabras, que el banco ya está buscando comprador para su filial británica, que tantos problemas le ha ocasionado. Una tarea que habría encomendado ya a Goldman Sachs, al que contrató el pasado verano para estudiar las distintas opciones que tiene para mejorar sus ratios.

Carlos Torres, presidente de BBVA

Igualmente, la entidad parece dispuesta a desprenderse de la filial que tiene en México, de mucha menor relevancia, lo que pondrá fin a los planes de internacionalización con los que el banco aspiraba a diversificar su negocio geográficamente, como hicieron en su día BBVA y Santander.

El banco con sede en Alicante potenciará los segmentos más rentables, como la banca personal o las pymes

El objetivo ahora es concentrar el foco en el mercado nacional, donde ve más recorrido para mejorar su rentabilidad, sobre todo si centra sus esfuerzos en aquellos segmentos de mayor valor añadido, como el de la banca personal o el negocio de pymes, donde el Sabadell, como recordó la propia entidad, es uno de los bancos mejor posicionados y valorados por los clientes. Igualmente, el equipo que lidera Josep Oliu tiene claro que debe ajustar más sus costes, por lo que comunicó que en el nuevo plan de negocio que presentará en el primer trimestre de 2021 ampliará el programa de «eficiencia y transformación» que anunció el consejero delegado de la entidad, Jaume Guardiola, en la última presentación de resultados. Un programa con el que, inicialmente, se esperaba lograr unos ahorros anuales de 115 millones, mediante la supresión de hasta 1.800 empleos y el recorte de parte de su estructura territorial, junto con una mayor apuesta por la digitalización de todo tipo de procesos.

¿Otra fusión?

La intención que trasluce este plan es la de que Sabadell pretende seguir en solitario, aunque ayer no faltaron los analistas que daban esta opción como muy poco probable y apostaban por un nuevo intento de fusión, con otro candidato. «El banco Sabadell deberá ahora buscar nuevas alternativas (en un mercado donde ya quedan muy poco potenciales candidatos a integraciones) ya que consideramos improbable que pueda continuar en solitario», señalaba, por ejemplo, Bankinter en su informe diario para los inversores.

Sin embargo, el problema ahora mismo es que ningún otro candidato dispone de los fondos necesarios para acometer esta operación sin necesidad de recurrir a una ampliación de capital, algo poco aconsejable tal y como están los mercados, según apuntan las fuentes financieras consultadas. La excepción sería Kutxabank, pero el Gobierno vasco ya ha dejado claro su rechazo frontal a una integración.

Los analistas no descartan que BBVA intente otra compra con el dinero de la venta de su negocio en EEUU

En la situación contraria se encuentra ahora mismo BBVA, que dispone de los 9.600 millones que ingresará por la venta de su negocio en Estados Unidos, con la obligación de darles un uso que aporte valor a sus accionistas. Como señala Fernando Rojas, de Analistas Financieros Internacionales (AFI), la entidad podría optar por elevar el programa de recompra de acciones que ya anunció el día que se conoció la operación, pero también podría abordar otra adquisición. El problema, de nuevo, es la falta de candidatos disponibles, de un tamaño considerable, que aportara sinergias significativas a la entidad vasca. En los mercados también se apostaba ayer por que BBVA podría aprovechar la coyuntura para elevar su participación en el banco turco Garanti, aunque desde la entidad señalaron que se encuentran «cómodos» con su porcentaje actual.

Sin acuerdo

En cuanto a los motivos de la ruptura, fue el propio Sabadell en su comunicación a la CNMV el que apuntó a las causas económicas al señalar que no se había alcanzado «un acuerdo sobre la eventual ecuación de canje de las acciones de ambas entidades». El BBVA habría ofrecido un máximo de 2.500 millones, lo que supondría una prima del 30% sobre la cotización del último día antes de que se anunciaran las conversaciones. Sin embargo, para el banco de origen catalán sería una cantidad insuficiente, ya que siempre ha insistido en que su cotización actual no refleja el verdadero valor de su negocio.

Otro de los puntos de fricción, aunque ayer lo negaran desde BBVA, fue el reparto de cargos. Aunque parecía que había consenso para que Carlos Torres ocupara la presidencia y Josep Oliu se quedara con una vicepresidencia no ejecutiva, el riesgo de que el catalán acabara aupado a la primera posición si las investigaciones del caso Villarejo tomaban una deriva no deseada no acababa de gustar en la entidad con sede en Bilbao. En cualquier caso, sea por el motivo que fuere, lo cierto es que las diferencias han sido suficientes para provocar la ruptura.

El TSB, la integración que le falló al especialista en integraciones

El Sabadell siempre había presumido de su experiencia a la hora de integrar otras entidades. No en vano, cuando decidieron comprar el británico TSB, ya llevaban a sus espaldas las absorciones de Banco Guipuzcoano, el Banco Herrero, la CAM o el Banco Gallego, entre una larga lista. Nada hacía sospechar a sus responsables que la entidad que habían escogido para iniciar la que se suponía que iba a ser una nueva etapa de expansión internacional se les atragantaría. La apuesta era fuerte. El Sabadell pagó por TSB 2.350 millones, más de los 1.955 millones que valía ayer en Bolsa el propio banco, para lo que realizó una ampliación de capital de 1.600 millones. El problema llegó a la hora de migrar el sistema informático. El proceso falló y dejó a muchos clientes sin acceso a sus cuentas durante semanas. El fiasco le costó otros 460 millones. Aunque el Sabadell insiste en que todo ha quedado atrás, ahora falta encontrar un comprador dispuesto a pagar el precio que quiere la entidad para desprenderse de ella. Algunos medios especulaban ayer con que el Santander podría ser uno de los candidatos.