El Lobo es una marca que ha ido navegando de generación en generación a través de la transmisión de técnicas, fórmulas, tradición y conocimiento que gira en torno al turrón. Lo hace desde once generaciones atrás, desde que comenzaran la elaboración de estos dulces en 1725 en Jijona, la cuna de este manjar. Hoy, uno de sus productos acompaña a INFORMACIÓN en el ejemplar del domingo, en un momento en el que el paso del tiempo añade a una receta, ya redonda para el mejor turrón, la fórmula «All-natural», con ingredientes naturales y envases totalmente reciclables.

El Lobo es una entidad emblemática en el sector del turrón. Su primer obrador de turrones se abrió en el pueblo de Jijona, un municipio envidiado en la época por la gran cantidad de árboles de almendra que convertían la zona en el lugar idóneo para abrir este negocio. La gente de Jijona tenía un espíritu muy comerciante, lo que les llevaba a embarcarse y propagar el turrón por diferentes países y ferias.

En este afán de expandirse al mundo, el tataranieto del fundador de El Lobo abrió un pequeño obrador en Argentina. El obrador permaneció un tiempo al lado de Mercados «El Lobo», su principal cliente y con el que empezó a colaborar. Poco después, heredó el nombre del negocio de su amigo, y pasó a llamarse Turrones El Lobo.

“El Lobo ¡Qué buen turrón!”

El Lobo ofrece distintos productos elaborados en Jijona

Turrones El Lobo, desde entonces, ha estado presente en los hogares de muchas familias con distintas formas y sabores. Ahora lo hace también con el estilo más natural. La empresa defiende que «el buen turrón no solo tiene que estar bueno, también tiene que ser bueno». Y, precisamente por esto, han presentado El Lobo «All-natural», un producto con almendras procedentes de plantaciones con buenas prácticas agrícolas, azúcar moreno de caña integral, miel de origen nacional, huevo de gallinas camperas, cacao procedente de agricultura sostenible, y estuches de cartón 100% reciclables.

“Varios de nuestros envases son 100% reciclables y estamos trabajando para expandir este concepto al resto de la línea progresivamente», explican desde El Lobo. Probablemente, al escuchar la marca, se vayan directamente a aquel jingle que se entonaba en 1923 y que decía aquello de «El Lobo ¡Qué buen turrón!». «Llevamos dedicándonos a elaborarlo 300 años y 11 generaciones, cuidando minuciosamente cada proceso de la elaboración para que pueda llegar a las mesas de las familias cada Navidad con la garantía de un gran turrón calidad suprema», señala la empresa.

Puedes conocer mejor la historia del dulce en El Museo del Turrón