La Cámara de Comercio de Alicante y la asociación Alicante Gastronómica Solidaria (AGS) han materializado un proyecto de colaboración transversal ideado para beneficiar a colectivos afectados por la complicada coyuntura económica que atraviesa la provincia por la crisis sanitaria del covid. La piedra angular pasa por la formación de una treintena jóvenes que no estudian ni trabajan con tal de favorecer su inserción laboral como auxiliares de cocina y dependientes de carnicería. Las prácticas las realizan en los fogones y el obrador donde se preparan cada día más de 300 menús para ayudar a familias sin recursos. La iniciativa ya está empezando a dar resultados y no solo porque contribuye a alimentar a personas en situación de vulnerabilidad, sino porque existen empresas como Carrefour que ya se han mostrado interesadas en ofrecerles contratos.

«Tratamos de dar dignidad y ayudar a encontrar una profesión a jóvenes que no tienen capacitación con tal de que se puedan valer por sí mismos y ayudarles a tener un futuro. La clave está en no dar solo pescado a quien lo necesita, sino también enseñarles a pescar», subraya el vicepresidente de la Cámara y presidente de AGS, Carlos Baño. El programa se enmarca dentro del Plan de Capacitación del Programa Integral de Cualificación y Empleo (PICE), ligado al Sistema Nacional de Garantía Juvenil del Ministerio de Trabajo, y cofinanciado por el Fondo Social Europeo. El proyecto se traduce en cursos de 215 horas dirigidos a jóvenes de entre 16 y 29 años que no tienen un puesto de trabajo ni están matriculados en curso alguno de formación reglada. Son los conocidos como «ninis», esos chavales que no siempre están parados por falta de voluntad, sino también por no encontrar oportunidades que les permitan hacer su camino.

Grupos de 15

En total son 15 alumnos los que se han integrado en el curso de auxiliar de cocina y otros tantos en la modalidad de carnicería. Todos ellos se suben cada día a un autobús contratado expresamente para acercarlos al complejo de Ciudad de la Luz, donde la asociación AGS ha habilitado sus nuevas instalaciones para cocinar los menús para alicantinos en situación de pobreza y donde se han adaptado también las aulas para impartir la formación teórica. En el edificio conviven alumnos, profesores y voluntarios en un ambiente distendido, aunque guardando la distancia social y con las mascarillas de rigor. Da la sensación de que cada grupo puede aprender algo del otro y todos ellos están conectados por la ilusión de participar de una forma u otra en un proyecto solidario . «Es una oportunidad excelente, se nos amplía la posibilidad de encontrar trabajo. Mi madre era chef y tengo muchas ganas de aprender a trabajar en hostelería», señalaba Gustavo Rosas, de 28 años, el día que comenzaba la formación. También su compañera Karen Lucía Garzón, de 19, se refería al curso de la Cámara de Comercio como «una oportunidad para encontrar trabajo como camarera, que está muy complicado», mientras Key Vidal, de 20 años, se mostraba contento porque ya tiene más o menos apalabrado un contrato para comenzar a trabajar en un bar cuando acabe la actividad formativa.

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Alicante Gastronómica y la Cámara de Comercio se alían para insertar en el mercado laboral a 30 desempleados y dar de comer a familias sin recursos PILAR CORTÉS

La jefa de la división de Formación y Calidad de la Cámara, Pilar Santacruz, explicó que las empresas que contratan a estos jóvenes tras terminar el curso durante un mínimo de seis meses a jornada completa reciben ayudas a fondo perdido de 4.950 euros. La responsable de Formación de la entidad, Esther Montes, dijo, además, que se han programado nuevos cursos en modalidades de panadería y repostería, hostelería y pescadería, y subrayó que continúan trabajando para cerrar colaboraciones con empresas que quieran dar una oportunidad a empleados que llegarán conociendo el funcionamiento básico de los utensilios que precisan para desarrollar su trabajo.

Cocina, obrador y 700 metros de instalaciones en Ciudad de la Luz

La asociación Alicante Gastronómica Solidaria ha retomado su actividad y prepara cada día cerca de 300 menús para personas en riesgo de exclusión social que se reparten entre el comedor de las Monjas de la Sangre y Cruz Roja. Los platos se preparan ahora en las nuevas instalaciones ubicadas en el complejo de Ciudad de la Luz. Con una superficie de 700 metros cuadrados, dispone de cocina, obrador y múltiples salas donde se preparan y se almacenan los alimentos donados por decenas de empresas de toda la provincia. El edificio ha sido adaptado para disponer instalaciones de gas, sistemas de extracción, maquinaria y electrodomésticos.