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El comercio y la hostelería pierden 16.000 empleos en Alicante por el impacto del covid

Dos de las actividades más afectadas por la crisis cierran septiembre con un acusado descenso de las altas laborales. El tirón de la alimentación y el consumo nacional en bares de la costa reactivan levemente la contratación estival Los sectores temen «pinchar» en la campaña navideña

Un camarero desinfectando mesas y sillas

Comercios con pocos clientes o bares y restaurantes con menos comensales de los habituales y con el aforo reducido es la imagen que volvieron a dejar los establecimientos comerciales y de hostelería a partir de septiembre y octubre en la provincia, tras el ligero respiro vivido de junio a agosto, con las fases de la desescalada y la llegada de turistas nacionales en los meses estivales.

Dos factores que, incluso, representaron un ligero repunte de la actividad y de la contratación, en medio de esta grave crisis, por el tirón del sector alimentario y del consumo nacional en bares y restaurantes costeros. Pasado el verano, ambas actividades muestran una gran preocupación por la pérdida de empleo que están registrando en comparación con el pasado año y por la vuelta a otra etapa de incertidumbre con respecto a la campaña navideña, a tenor del aumento de rebrotes que se están detectando y al anuncio de nuevas medidas restrictivas que afectarían a sus negocios, advirtieron Francisco Rovira, secretario general de la Federación del Pequeño Comercio de la Provincia (Facpyme), y Miguel García, vicepresidente de la Asociación Provincial de Hostelería (Apeha).

A la baja

Al cierre de septiembre, el sector comercial alicantino contaba con 96.486 trabajadores dados de alta en la Seguridad Social. Una cifra que supone una bajada de más de 4.700 con respecto a un año antes, cuando se superó la cota de los 100.000. Y mayor aún es el descenso del empleo en bares, restaurantes, cafeterías y hoteles de la provincia, ya que los 58.769 empleados en alta que tenían el pasado mes representaron un importante retroceso de 11.271 cotizantes con relación a septiembre de 2019, según los últimos datos del Ministerio de Seguridad Social.

Con todo, la cifra de la pérdida de empleo sería mayor, en ambos casos, al igual que en otros sectores, si se sumara el número de alicantinos que tiene o ha tenido suspendido temporalmente su trabajo por estar incluido en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Los sindicatos insistieron en que esta medida, consensuada entre el Gobierno y los agentes sociales, ha podido mantener el trabajo en esta crisis, según reiteraron Eduardo Vacas y Yaissel Sánchez, de UGT, y Daniel Patiño, de CC OO.

Afiliación a la Seguridad Social en Alicante

Desde marzo, empresas de distintos sectores de la provincia han presentado más de 26.300 ERTE, que han afectado a 136.700 trabajadores, según los datos de la Conselleria de Economía. No obstante, conforme se inició la desescalada y repuntó la actividad, el comercio y la hostelería fueron sacando a sus plantillas o a parte de ellas de los expedientes. A día de hoy, son más de 81.000 los que ya han recuperado el trabajo en la provincia.

«Un invierno complicado»

«Pero, ahora, con la llegada del invierno, vendrá el bajón, porque los negocios de las playas se cerrarán y habrá más gente en ERTE», alertó Miguel García, quien anunció que, con la llegada del frío, «puede haber situaciones más complicadas. La hostelería ha intentado mantener el tipo, pero le está costando mucho esfuerzo y, ahora, la incertidumbre es que no sabes si te cerrarán por nuevas restricciones».

Tampoco lanza mejores previsiones Francisco Rovira, de Facpyme, quien reiteró que los comerciantes «estamos en una situación muy delicada porque la campaña de Navidad está en el aire». Se teme que las cenas de empresa, los regalos y otras celebraciones se reduzcan. Y, si bajan los eventos, como ha pasado en los últimos meses, ya sean bodas, comuniones o fiestas patronales, «los consumidores no se comprarán vestidos, trajes, zapatos o joyas», añadió Rovira, quien dibujaba un escenario «muy preocupante».

Meses atrás, la desescalada y el verano sí representaron para ambos sectores un cierto respiro. El tirón de los establecimientos y cadenas de alimentación durante el confinamiento y también en el verano reactivaron un poco el empleo. «Han sido menos contratos que los del año anterior, pero en los supermercados ha habido contrataciones extraordinarias para reforzar las plantillas o para cubrir las vacaciones de sus trabajadores fijos», indicó Pedro Reig, presidente de la Asociación de Supermercados de la Comunidad Valenciana (Asucova). Por su parte, empresas de hostelería sacaron a sus trabajadores de los ERTE y las que necesitaron más personal por aumentar la demanda de la temporada, contrataron a dos o tres personas más, señaló Miguel García.

Contratos de días

El repunte hostelero se detectó más en las zonas de playa y por el turismo de segunda residencia, ya que el extranjero falló por las limitaciones de movilidad. «Y tampoco supuso más facturación debido a la reducción de los aforos y porque el gasto de los consumidores ha sido menor», advirtió Miguel García. Los sindicatos, por su parte, incidieron en que la ligera reactivación del empleo en verano «fue a base de contratos precarios, de días», como lamentaron Yaissel Sánchez y Daniel Patiño.

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