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La moda vegana y reciclada pisa fuerte en el calzado alicantino

La demanda de artículos sostenibles empuja a las compañías alicantinas zapateras y del sector auxiliar a sustituir la piel en parte de su producción por microfibras, plástico PET y algodón reutilizado

El pie ya calza vegano y reciclado.

El compromiso de empezar a contribuir a la conservación del planeta, a reducir los millones de botellas de plástico que inundan los océanos y el impacto del cambio climático que ya asumen casi como una religión muchos consumidores ha impulsado a los sectores productivos a apostar por la sostenibilidad y a atender la demanda de estos usuarios que reclaman artículos reciclados o que no contengan materiales de origen animal (productos veganos).

Una demanda que ha irrumpido con fuerza en el mercado y que ha impulsado, por ejemplo, a empresas alicantinas del sector zapatero y de componentes de calzado a incluir en sus catálogos productos veganos o fabricados con microfibras técnicas, así como sintéticos, textiles, algodón o Pet reciclados. El Pet (tereftalato de polietileno) es un tipo de plástico muy usado en envases de bebidas.

El aumento de pedidos se produce a un ritmo tan acelerado que algunas empresas, fundamentalmente del sector auxiliar, ya fabrican la mitad de su producción con estos nuevos materiales y la otra en piel. Este es el componente más tradicional, pero, aunque está siendo sustituido por estas novedosas líneas y su demanda ha bajado un 40% en diez años, según estima Juan Candela, de Micro One Trade, sigue teniendo futuro, auguran los propios industriales consultados, así como la presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), Marián Cano. La representante del sector zapatero confirma que «muchas de nuestras compañías ya elaboran colecciones con materiales más sostenibles y otros productos, como el cuero, son trabajados, igualmente, con técnicas sostenibles». Pero cree que la piel «puede convivir perfectamente en el tiempo con los reciclados y veganos».

Materiales


Plástico reciclado convertido en hilo

  • El plástico reciclado PET, proveniente de envases plásticos, es uno de los nuevos materiales que utiliza la industria de componentes para fabricar sus tejidos que luego sirven al calzado o a la marroquinería. Todo proviene de los contenedores amarillos e intervienen muchos operadores. El principal es la gestora de la recogida. Luego se selecciona por colores, se tritura el plástico y se aplica la inyección final para fabricar el hilo reciclado que llega a las empresas.


Algodón reciclado de prendas usadas

  • El nuevo material se obtiene mezclando el poliéster reciclado con algodón, también reciclado, de prensas usadas.

Este es un importante cambio iniciado por las empresas y más en un sector estratégico como el calzado, que viene a producir unos 99 millones de pares al año en España, con datos de la Federación de Industriales del Calzado de España (Fice) correspondientes a 2018. Una producción que en un 70%, aproximadamente, procede de Alicante. Una provincia que, además, hasta noviembre del pasado año exportó a todo el mundo zapatos por valor de más de 1.100 millones de euros. Ahora muchas de las compañías de esta industria se han volcado en «prácticas cada vez más responsables con el medio ambiente y que responden a los Objetivos de Desarrollo Sostenible», según destaca Marián Cano. Una valoración que coincide con la de la empresaria y diseñadora eldense de calzado Sara Navarro, quien hace unos años apostó por una producción «sostenible y ecológica» en su fábrica Fashion Factory World por convencimiento personal. Además, cree que esta transformación no debe aplicarse sólo en los nuevos materiales y en el producto final, sino que debe implementarse, también, en todo el proceso, incluso desde el inicio, con el diseño, y practicando, en realidad, una economía circular en la que los restos de fabricación puedan ser reutilizados. Un criterio que también comparte Joaquín Román, de la veterana empresa ilicitana del sector de componentes del calzado Comerplast, al considerar que estas nuevas prácticas «permiten reducir la generación de residuos industriales, nos hace participar en la economía circular y podemos hacer la actividad más sostenible».

«Llega a parecer una piel sin serlo»

Ahora, la introducción de materiales veganos; algodones reciclados de prendas usadas; microfibras técnicas o poliéster, textiles o Pet, asimismo, reciclados, ¿cómo afectan al aspecto del tejido o del zapato? «En nada», responden categóricamente los fabricantes, porque se le dan unos acabados con sustancias ecológicas para que su apariencia sea la de una piel. Incluso, en el caso de los algodones reciclados, «el aspecto es similar al de una lona envejecida o lavada. Llega a parecer una piel sin serlo», explica Joaquín Román. Además, no siempre todo el zapato está realizado con material ecológico, vegano o biodegradable. Muchas de las nuevas líneas se aplican, fundamentalmente, en las suelas, el empeine o los forros y, a veces, se combinan con la piel, según reconocen otros fabricantes.

El coste de fabricar con nuevos materiales sube hasta un 20%, pero las firmas aseguran que incide poco en el precio final

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En el caso de Sara Navarro, los algodones reciclados o adhesivos naturales son los que utiliza para sus diseños y para los tacones usa corcho natural, mientras que en el piso pone caucho, «que también es un producto natural», añade. Incluso a las hebillas de metal que incorpora a alguno de sus modelos les aplica un tratamiento biodegradable. «Porque un material reciclado no está reñido con que sea bonito ni con la moda», apostilla Gabriel Poveda, de Poveda Textil.

La relojería, nuevo mercado

Pero el calzado no es el único cliente que tienen las empresas de componentes o auxiliares. Sus materiales veganos o reciclados también van a parar a la fabricación de bolsos y, en menor medida, a prendas de vestir. Y en los últimos tiempos ha surgido un nuevo mercado para este sector auxiliar, como es el de la relojería. A Comerplast le están llegando pedidos de compañías extranjeras de relojes que piden suministros de materiales reciclados para distintas partes de este artículo, entre ellas, las correas, así como para neceseres, según confirma Joaquín Román.La incorporación de los materiales veganos -que son de origen vegetal-, reciclados o biodegradables en el sector comenzó hace, al menos, tres años. Pero antes de ponerse a fabricar, las empresas necesitan testar y certificar «que lo que decimos que vendemos como vegano es verdad», cuenta José Gil, director de operaciones de Dian, firma sajeña especialista en calzado para uso profesional con una treintena de años de trayectoria.

Poveda Textil. ÁXEL ÁLVAREZ

Poveda Textil: un valor añadido y medioambiental


Gabriel Poveda creó su empresa en Sax hace cuatro años, después de haber trabajado en otra del sector. Y desde el primer momento apostó por los nuevos materiales que eran los que exigía la demanda y porque, además, le permitiría diferenciarse en el mercado al darle un valor añadido y contribuir a hacer los productos y los procesos de fabricación más sostenibles para hacer su aportación a la conservación del medio ambiente. En su caso, para fabricar sus textiles usa algodón orgánico, reciclado y poliéster procedente del reciclado de botellas de plástico (PET). Materiales que favorecen que el aspecto del producto final se asemeje mucho al tradicional, asegura.

Para los industriales y para sus marcas es clave tener el sello del Instituto Tecnológico del Calzado (Inescop) que verifica que el material o el zapato es vegano o reciclado. Algunas empresas también acreditan su fabricación en reciclado con el sello internacional que certifica toda la trazabilidad del producto, desde el origen hasta el resultado final. En este caso, Comerplast y Poveda Textil, de Petrer, tienen la tarjeta del Global Recycled Standard (GRS). En España, como en casi todas las innovaciones que se producen en el sector del calzado, la investigación de Inescop es determinante para que, finalmente, ese producto o material novedoso pueda salir al mercado. No en vano, este centro es el referente de esta industria a nivel nacional. En el caso de un material vegano, los técnicos de Inescop identifican en el laboratorio la naturaleza química principal de los materiales que conforman en zapato, mediante una espectroscopía de infrarrojo, «comprobando que no se corresponde con fibras de origen animal, concretamente piel con pelo, cuero, seda, lana o plumón», explica César Orgilés, consejero técnico del instituto de referencia.

Micro One Trade. ANTONIO AMORÓS

Micro One Trade: sin desperdiciar los residuos


Tradicionalmente, la ilicitana Micro One Trade tiene almacenes de piel que suministra a empresas de calzado. Pero en los tres últimos años ha incorporado material vegano, reciclado y microfibras técnicas «para atender la importante demanda que existe», apunta Juan Candela, gerente de la compañía. Su producción se divide al 50% entre la piel, lo vegano y el reciclado. Su principal material es la microfibra y el textil de poliéster, ya que son artículos muy transpirables, subraya. Aunque esta diversificación supone un buen rendimiento, «porque no desperdicias los residuos del proceso», advierte de que los nuevos artículos no son tan baratos, «porque son muy técnicos».

Certificados de Inescop

Igualmente, Inescop verifica y aprueba con un sello, en su caso, la biodegradabilidad del material. Un concepto muy relacionado con lo vegano. Precisamente, debido a la demanda de productos sostenibles, Inescop ha desarrollado una tecnología que cuantifica y evalúa los procesos de biodegradación de cueros, plásticos y textiles en apenas semanas. Según Orgilés, esa metodología permite a la empresa verificar el porcentaje de biodegradación de sus materiales y diferenciarse de la competencia, ofreciendo productos respetuosos con el medio ambiente. En estos momentos, Inescop trabaja con casi una treintena de empresas que apuestan por los materiales veganos o biodegradables y con otras diez más en proyectos de innovación, en general. El centro cuenta con más de 40 años de historia y tiene más de 400 empresas asociadas, además de unas mil compañías clientes al año.

Comerplast. ANTONIO AMORÓS

Comerplast: certificaciones y trazabilidad


Una de las empresas ilicitanas más conocidas del sector auxiliar y de componentes para el calzado comenzó hace tres años a introducir en sus muestrarios materiales procedentes del plástico reciclado (PET) o por el algodón reciclado de prendas usadas, que es el que más utiliza, aunque reconoce el tirón del PET. Pero también utiliza restos de fabricación. Una práctica que permite no generar residuos en el sector. Tiene certificaciones de material vegano y reciclado que garantizan la trazabilidad del producto, según añade Joaquín Román. Y aunque el coste de producción puede encarecerse hasta un 20%, el precio final es similar al actual.

Obtenidos los sellos, empresas como Dian puede poner en el mercado su calzado vegano, «lo que supone un elemento diferenciador, aportando, además, valor añadido», explica José Gil, que subraya que su empresa hace años comenzó a desechar en casi toda la producción la piel de origen animal y «utilizamos microfibras técnicas». Material que supone una importante labor de innovación y elaboración. «Además, tenemos vegano hasta el hilo», añade. Su compañía sigue innovando y trabaja, ahora, en con textiles repelentes al agua y líquidos, una aportación importante para parte de su mercado, que son los profesionales sanitarios. También hacen zuecos para recepcionistas o camareros.

Una técnica de Inescop comprueba la biodegradabilidad de algunos materiales ÁXEL ÁLVAREZ

Ligero aumento de los costes de producción

Los costes de producción de un zapato o un material destinado a fabricar botas, mocasines, sneakers o bolsos veganos o reciclados aumenta ligeramente y se mueven en una horquilla de entre el 13% y el 20% más con respecto a la producción en piel, según las estimaciones de los empresarios consultados, quienes también aseguran que este encarecimiento no tiene por qué afectar al precio final del producto ni tampoco a la adaptación del zapato al pie.

«Si el precio final sube, es muy poco. Al final, con un calzado vegano o con materiales reciclados, la fabricación es más rápida que en piel, por lo que el ligero aumento de costes se compensa con otros procesos y, además, satisfaces la demanda», apunta Julián Candela, gerente de la empresa ilicitana de componentes o auxiliar del calzado Micro One Trade. Es decir, esta apuesta por la sostenibilidad implica costes e inversiones en el proceso y tratamiento de los materiales, pero, al final, dan rendimiento, según aseguran algunos fabricantes.

Micro One Trade ha tenido tradicionalmente almacenes de piel y su especialidad son los forros de piel para los zapatos. No obstante, ahora su producción de divide al 50% entre el material tradicional y los nuevos «sobre todo el reciclado porque es el más demandado».

Además del vegano, el nuevo material principal de la compañía es el reciclado. Y su producción se divide casi a la mitad entre la piel y las nuevas líneas, aunque en realidad del habitual produce un poco más. No obstante, no lo cuantifica. Gabriel Poveda, director de la empresa Poveda Textil, de Petrer, comenzó hace cuatro años con estas nuevas líneas, después de trabajar unos cuantos más en otra empresa, y comenzó con textiles y poliéster reciclados. Poveda sitúa la explosión de la demanda por estos materiales alternativos en el pasado año, «que es cuando la gente comenzó a concienciarse y los empresarios a querer diferenciarse en el mercado», apunta. No obstante, también coincide con otros industriales en que esta novedosa tendencia que corre como la pólvora en el sector es fruto también de un efecto arrastre de las grandes compañías y multinacionales, ya sean internacionales o españolas. Los nuevos materiales de estas firmas se venden en España, pero también a todos los mercados internacionales, desde Europa, Australia, Estados Unidos, Oriente Medio y China.

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