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TRABAJO

La conciliación ya es un plus

Adelantar el horario de salida de los trabajadores y una mayor flexibilidad organizativa permiten a las empresas atraer talento e incrementar la productividad

Tiempo para retner talento.

Las empresas comienzan a adelantar el horario de salida de los trabajadores y permiten una mayor flexibilidad organizativa para que los empleados no se marchen y para incrementar la productividad

Flexibilizar las condiciones laborales para ofrecer un mayor equilibrio entre la esfera personal y profesional se empieza a posicionar, según los especialistas, como una tendencia al alza entre empresas que persiguen fidelizar determinados perfiles en su plantilla. La retribución económica sigue siendo el factor determinante a la hora de encontrar o mantener un empleo, pero la búsqueda de políticas que permitan la conciliación escala cada vez más puestos en el ranking de valores y preferencias de los trabajadores. Es por ello que ciertas firmas están apostando ya por dar una vuelta de tuerca a las fórmulas tradicionales de organización con tal de atraer nuevos talentos y, sobre todo, evitar la fuga de empleados a la competencia seducidos por una mayor oferta monetaria. Lo hacen ofreciendo alicientes que puede ser tan suculentos como la adaptación de horarios de entrada y salida a la carta, canales de teletrabajo jornadas intensivas que permiten ganar tiempo libre. Lo último, y probablemente más revolucionario, radica en convertir los jueves en los nuevos viernes y reducir la jornada laboral a cuatro días por semana, tal y como acaba de instaurar la alicantina Zataca Systems, dedicada a la consultoría e ingeniería de software.

«Los trabajadores tienen que tener tiempo para trabajar pero también para el ocio y su vida personal, tienen que poder conciliar y lo que buscamos es que cuando acudan a su puesto de trabajo lo hagan a gusto, con ganas y que disfruten trabajando»

Pedro Sánchez - CEO DE ZATACA SYSTEMS

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«Existe una gran competencia y es importante una buena gestión de la presencia del trabajador, los horarios y la flexibilidad para atraer y retener talento»

Esperanza Navarro - DOCTORA EN PSICOLOGÍA Y DIRECTORA DE RECURSOS HUMANOS DE GIOSEPPO

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Los españoles trabajan una media de 1.691 horas al año, lo que los sitúa por encima de países como Alemania, Francia o Reino Unido, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). No obstante, diversos indicadores apuntan que los índices de productividad se sitúan por detrás de muchos países del entorno. Para hacer frente a esta realidad, cada vez más expertos invitan al empresariado a reflexionar sobre la oportunidad de aplicar nuevas metodologías de trabajo para incrementar la competitividad favoreciendo, con diferentes iniciativas, el bienestar del trabajador y la eterna asignatura pendiente, que no es otra que facilitar la conciliación a través de la racionalización de horarios.

«Tener un fin de semana de tres días me deja más tiempo para seguir formándome. Valoro mucho esa flexibilidad»

ÁNGEL SEGURA - PROGRAMADOR INFORMÁTICO EN ZATACA SYSTEMS

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«No trabajar los viernes me permite pasar más tiempo con mi hija. Me organizo para terminar los jueves a las 17 horas»

PAU GOMARIZ - DISEÑADOR GRÁFICO EN ZATACA SYSTEMS

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«SALARIO EMOCIONAL»

«Una organización empresarial es productiva si la mano de obra está feliz, desarrolla su actividad en condiciones óptimas y percibe el proyecto empresarial como algo propio e ilusionante», señala el profesor titular de derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Alicante, David Montoya. Para ello, destaca, es vital «establecer una organización del tiempo de trabajo que favorezca las medidas para conciliar». Se trata, pues, de apostar por incentivos que van más allá de retribuir al empleado con un sueldoy que añaden un valor diferencial. «Es lo que llamamos salario emocional, incluir condiciones de trabajo atractivas que permitan el desarrollo del individuo como persona y su integración social», prosigue el docente. Según Montoya, consiste en establecer mejoras para armonizar las diferentes facetas de la vida, algo que hasta hace poco estaba destinado casi en exclusiva a mandos intermedios o directivos de empresas y que poco a poco se va extendiendo a puestos menos cualificados. Subraya, a ese respecto, que por conciliación no se puede entender solo poder atender obligaciones familiares, sino que cualquier persona, con hijos o sin ellos, disponga de tiempo suficiente para cuestiones personales.

El informe Randstad Employer Brand Research 2019, publicado por la empresa de recursos humanos Randstad, concluye que los europeos que más valoran la conciliación a la hora de puntuar a una empresa son los españoles. El CEO de Zataca Systems, Pedro Sánchez, es uno de los empresarios que han tomado nota de esa realidad al apostar por reformular la organización de su empresa. Desde principios de año, ofrece a sus 25 empleados la posibilidad de compactar la jornada laboral de 37,5 horas de lunes a jueves, de forma que pasan a tener tres días de asueto. «Los trabajadores tienen que tener tiempo para trabajar, pero también para el ocio y su vida personal, tienen que poder conciliar y lo que buscamos es que, cuando acudan a su puesto de trabajo, lo hagan a gusto, con ganas y que disfruten trabajando», resume. Se trata de la segunda firma en España en dar este paso, o al menos en hacerlo público, tras la jienense Delsol. Existen otros ejemplos parecidos a nivel internacional, el más conocido, el de Microsoft Japón, que experimentó durante cinco semanas la jornada laboral de cuatro días y, según la compañía, la producción se disparó un 40%. Sánchez asegura que, en su caso, no se puede medir todavía la posible variación del PIB per cápita por hora trabajada en su plantilla tras la instauración del nuevo sistema de trabajo, «pero si no aumenta y se mantiene, merece la pena igualmente por el buen rollo y la felicidad que se respira en el ambiente de trabajo», agrega. La práctica totalidad de los empleados de la firma, en su mayoría treintañeros, rubricó su contrato con esta empresa en 2019 y son decenas de candidatos los que han remitido sus currículums desde que se ha viralizado su oferta de disfrutar de fines de semana de tres días.

«La flexibilidad es importante para no perder ventajas profesionales mientras atiendes tu vida familiar»

SILVIA VERA - DISEÑADORA EN GIOSEPPO

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«Con horario compacto termino a las 16.30 horas y tengo más vida social, familiar y tiempo para estudiar un máster»

MARCO CORCIULO - DEPARTAMENTO DE VENTAS EN GIOSEPPO

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CALIDAD DE VIDA

Las medidas de racionalización de horarios que poco a poco se están implantando en diferentes empresas de la provincia se extienden por los departamentos administrativos del sector del calzado, donde «existe una gran competencia y es importante una buena gestión de la presencia del trabajador, los horarios y la flexibilidad para atraer y retener talento», afirma la directora de Recursos Humanos y Responsabilidad Social Corporativa de Gioseppo, Esperanza Navarro. «Cuando facilitas la conciliación, la gente está más sana, dedica tiempo al ocio, a la formación, hace ejercicio, los niños mejoran en el cole y, en general, se avanza en calidad de vida», apostilla. En el caso de esta empresa, las adaptaciones de horario tienen tantas posibilidades como casuísticas personales puedan existir entre el grupo de trabajadores. Por ejemplo Silvia, de 41 años, es madre de dos niños, está divorciada y tiene custodia compartida. La semana que tiene a sus hijos en casa trabaja menos horas para poder recogerlos del cole, y la que no, recupera el horario perdido. A Gema, de 32 años y madre de dos menores, se le ofreció la opción de conciliar haciendo parte de la jornada en casa a través del sistema de teletrabajo. Marco, de 31, no tiene descendencia, pero igualmente destaca las bondades del horario intensivo para terminar la jornada antes y dedicar su tiempo libre a estudiar un máster, hacer deporte o, sencillamente, tener más vida social.

«La jornada intensiva me permite pasar las tardes con mis hijos y evita tener que reducir la jornada por ser mamá»

GEMA MORCILLO - DEPARTAMENTO DE MARKETING EN GIOSEPPO

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«Ajustar el horario me permite llevar al niño al cole y no depender tanto de familiares y amigos»

JOSÉ PARDINES - DEPARTAMENTO FINANCIERO DE GIOSEPPO

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También en esta firma se intenta aplicar la máxima de que un empleado satisfecho es un trabajador productivo y se encuentran en plena fase de implantación progresiva de un horario compacto en aquellos departamentos en los que es posible, de forma que se reduce la pausa para comer y se intenta que a las 16.30 horas se apaguen las luces de la oficina hasta el día siguiente.

«Hay que buscar un equilibrio entre las necesidades de las personas y del negocio. No creo que sea completamente imposible implantar una jornada laboral de cuatro días quizá en un futuro pueda llegar, pero hay que analizar de forma individualizada cada sector. Desde luego, desarrollar medidas que faciliten la conciliación es sobre todo una cuestión de voluntad y de cultura organizativa», concluye Navarro.

Zataca Systems trabaja con un horario compactado que facilita la conciliación.

Fines de semana de tres días opcionales

La empresa ilicitana Zataca Systems, dedicada a la consultoría e ingeniería de software, ofrece a sus trabajadores la posibilidad de compactar sus 37,5 horas de jornada laboral en cuatro días, de forma que los fines de semana, si se desea, se extienden durante tres días y comienzan los viernes. Su flexibilidad para conciliar no acaba ahí, sino que los empleados pueden mantener el horario tradicional de cinco días con la posibilidad, además, de trabajar una jornada desde casa. En esta oficina con sede en Torrellano el día de trabajo comienza entre las siete y las diez de la mañana, según escoja cada trabajador en función de sus preferencias, variando con ello el horario de salida.

MÁS ALLÁ DE LA FAMILIA

Santiago Ros, vicepresidente de Mustang y responsable del departamento jurídico, defiende igualmente que «tener trabajadores contentos revierte de forma positiva en la empresa e incentiva la productividad ya que, tengas familia o no, tienes vida personal igualmente». Subraya que adelantar la hora en la que termina la jornada posibilita también que profesionales de otros municipios de la provincia quieran desplazarse a trabajar a su sede ilicitana. «Antes, cuando las pausas para comer eran de dos y tres horas, se terminaba muy tarde y ahora se valora mucho más terminar a las seis o las siete, acabar los viernes a mediodía y ofrecer más flexibilidad para elegir vacaciones. Son cambios que se van asumiendo en la cultura empresarial», prosigue. Ros ve factible seguir planteando medidas de conciliación, pero pone en duda que opciones como la de implantar una jornada laboral de cuatro días se pueda extender a todos los sectores del tejido productivo «teniendo en cuenta que competimos con países en los que se trabaja hasta los sábados». Defiende, por tanto, que se debe ser «prudente» y «tratar de llegar a un equilibrio».

Jornada compacta y bolsa de horas

La empresa ilicitana Gioseppo emplea diferentes medidas de gestión de tiempo para favorecer la conciliación y racionalizar los horarios de la plantilla. La hora de inicio de la jornada se puede ajustar y existen hasta cinco pactos horarios distintos. También una bolsa de horas que permite recuperar tiempo de trabajo cuando el empleado precisa ausentarse por cuestiones personales. Ahora se está potenciando la implantación de un horario compacto, de lunes a viernes, de 8 a 16.30 horas. Con ello, se recorta el tiempo de presencia de los empleados tras reducir la pausa para comer. En la actualidad se aplica al 25% de la plantilla y el objetivo de la firma es llegar al 50% durante este año.

Las particularidades del empresariado de la provincia de Alicante, con una economía basada principalmente en el sector servicios, y donde el 96% de las mercantiles familiares son o bien microempresas de menos de 10 empleados (71,3%) o bien pequeñas empresas de hasta 49 trabajadores (24,8%), es algo que, a priori, podría dificultar la transformación organizativa tendente a la racionalización sin perder por ello competitividad y rentabilidad. Aún así, la presidenta de la Asociación de la Empresa Familiar de la provincia de Alicante (AEFA), Maite Antón, cree que existe margen para mejorar la conciliación y optimizar los tiempos de trabajo. La clave está, a su juicio, en conseguir «aumentar la productividad y elevarla a niveles de los países con los que nos queremos comparar». «Debemos aumentar la formación adaptada a las nuevas necesidades del mercado, un mercado globalizado y cambiante y, sobre todo, acometer un proceso de digitalización, que trae más productividad e implica que utilicemos menos tiempo para hacer las mismas tareas. Si somos más eficientes podemos trabajar menos horas, tener horarios más flexibles y conciliar más», continúa. Antón destaca que no se puede generalizar y cree que las empresas más pequeñas tienen más difícil establecer políticas de conciliación, pero defiende que «la digitalización, la robótica y la Inteligencia Artificial» pueden ser la llave que abra la puerta a nuevos sistemas de trabajo.

Los sindicatos urgen blindar la racionalización por ley

Avanzar en medidas que faciliten la conciliación de los trabajadores y la racionalización de horarios, pero siempre bajo el paraguas de normativas estatales que garanticen su cumplimiento. Las organizaciones sindicales coinciden en la necesidad de progresar en políticas que impulsen una transformación organizativa tendente a mejorar la calidad de vida de los empleados y creen que la futura reforma del Estatuto de los Trabajadores debe blindar estas nuevas posibilidades.


«Los cambios en el Estatuto deberían incorporar novedades en materia de conciliación, reducción de las jornadas de trabajo o permisos. Después, a través de los convenios colectivos, se pueden adaptar las fórmulas necesarias para cada sector», defiende la secretaria general de CC OO l’Alacantí-les Marines, Consuelo Navarro. Su homóloga en el área del Vinalopó y Vega Baja, Carmen Palomar, añade que con una normativa estatal se velaría también por los intereses de las empresas con menos de seis empleados a los que no llegan las negociaciones colectivas o los empleados que cotizan como falsos autónomos. «De esa forma, no quedaría al margen un importante segmento de trabajadores, teniendo en cuenta que son muchas las pequeñas pymes de la provincia».


Por su parte, la secretaria territorial de UGT en l’Alacantí-La Marina, Yaissel Sánchez, enfatiza que esas medidas para la conciliación «deben favorecer la corresponsabilidad entre hombres y mujeres»y atender cuestiones como el derecho a la desconexión digital cuando se habilitan fórmulas de teletrabajo. «Se deben combinar políticas activas a través del Estado y también negociaciones colectivas para conseguir una producción constante y efectiva y ampliar las jornadas de descanso de las personas», añade su homólogo en UGT Muntanya-Vinalopó-Vega Baja, Ismael Senent.


En términos similares se expresa el presidente de la patronal CEV en Alicante, Perfecto Palacio, que dice que «es indudable que cuanto mayor plantilla tenga la empresa más potencialidad tiene de desarrollar políticas de gestión flexible del tiempo de trabajo, pero todas las empresas disponen de mecanismos en sus convenios de referencia para implantar medidas favorecedoras de la conciliación de la vida laboral y familiar que generen a su vez incrementos de su productividad y competitividad». Asimismo, advierte que «diseñar, implantar y llevar a cabo una buena estrategia de retención de talento es hoy en día otro de los retos a los que se enfrentan las empresas». «Ya no basta con un buen salario económico, el salario emocional pesa mucho a la hora de fidelizar a un empleado. Los cambios experimentados por la sociedad de nuestro tiempo, unidos a cambios demográficos como la caída de la natalidad y el envejecimiento de la población, han llevado a las empresas, en sus estrategias de atracción y retención del talento, a revisar metodologías de dirección de personas y a buscar nuevas propuestas de organización del tiempo de trabajo que permitan la adaptabilidad a las nuevas demandas sociales», añade.

«Las medidas de conciliación son cada vez más apreciadas por los trabajadores y un vector fundamental de las políticas modernas de recursos humanos, que buscan favorecer la productividad a través de mecanismos de flexibilidad y motivación», concluye Perfecto Palacio.

Ángel Lago, vicepresidente de la Comusión Nacional para la Racionalización de Horarios.

ÁNGEL LARGO

VICEPRESIDENTE COMISIÓN NACIONAL PARA LA RACIONALIZACIÓN DE HORARIOS

«Ya no se trabaja solo por un sueldo, sino por condiciones de vida»

Si con horarios racionalizados se mejora la productividad, ¿por qué no se articulan ya los cambios necesarios?

Según los datos de empresas que se han sumado a horarios racionales, o son más productivas, o tienen menos rotación de empleados, menos absentismo, menos bajas por estrés o accidentes laborales. El empresariado tiene que sensibilizarse y no pensar que si sus trabajadores hacen más horas van a obtener más resultados. Hay que romper ese falso mito con el ejemplo de líderes. Grandes empresas como Iberdrola o Reale Seguros ya han adoptado medidas para compactar horario y ser más flexibles. La clave no está en el presentismo, sino en la productividad.

Parece más complicado en una pyme…

Seguramente las pymes no puedan aplicar las mismas medidas, pero sí se pueden adoptar otras. ¿Tiene sentido cerrar un comercio tres horas a mediodía? Si la gente termina de trabajar a las ocho de la tarde quiere que a esa hora haya comercios abiertos, pero si terminamos de trabajar a las cinco podemos ir a esa hora a comprar o al cine. Se trata de un cambio global.

Desde hace años se dice que los españoles son de los que más horas trabajan, pero con menos productividad. ¿Cuál es el problema?

No se puede poner solo el foco en el empresario. La crisis hizo mucho daño y nos amarramos a nuestros puestos de trabajo. Me quedo para que me vean, y esa mentalidad hace mucho daño, la cultura del presentismo. Es positivo orientar los resultados a objetivos concretos, no a la mera presencia física durante horas. También hace falta legislación que apoye la conciliación. Por ejemplo, el teletrabajo sigue sin estar regulado.

¿Aprecia un cambio de mentalidad en las nuevas generaciones?

Es algo real. En las entrevistas de trabajo ya se pregunta qué vacaciones se van a tener o los horarios. Antes no se nos ocurría preguntar por esos temas pensando que no nos iban a seleccionar. Cada vez más los jóvenes ofrecen su talento a las empresas siempre que haya un compromiso mutuo y se respete su vida personal. Ya no trabajamos solo por un sueldo, sino por un proyecto que nos permita tener unas condiciones de vida.

Love and work

Esperanza Navarro Pertusa

Esperanza Navarro Pertusa

DOCTORA EN PSICOLOGÍA Y DIRECTORA DE RECURSOS HUMANOS DE GIOSEPPO

Alguien dijo que una persona adulta sana y realizada es aquella que puede amar y puede trabajar. Ambas funciones necesitan tiempo. Su tiempo. Venimos de una larga tradición de reparto de roles según la cual aquellas personas que trabajaban, a menudo varones, apenas disponían de tiempo para ejercer los cuidados, propios y ajenos. Comprar, cocinar, limpiar la casa, atender a los seres queridos… todo ello expresiones de amor, quedaba confinado a los días de descanso o a las manos y mente de otra persona, a menudo mujer, ausente de la fiesta de una vida profesional propia. Este reparto de roles, aparentemente complementario, se rompió hace mucho con la incorporación masiva de las mujeres al ámbito laboral, introduciendo la palabra conciliación en la semántica de las organizaciones y la imagen de una mujer desbordada por la multiplicidad de tareas en nuestro imaginario colectivo. La falta de tiempo era entendida mayormente como un problema femenino. Hoy sabemos que es un problema de todos. Y con el recién estrenado telón de fondo de la hiperconectividad tecnológica, que devora nuestros días y difumina las fronteras entre lo personal y lo profesional, asistimos al debate sobre un nuevo pacto social que organice nuestro mayor tesoro: el tiempo. El problema es complejo. La solución no puede ser simple.


Quien haya experimentado el estrés por no llegar a todo, la culpa por no seguir al día el crecimiento de los hijos, la frustración por no tener tiempo para atender las necesidades de los seres queridos o la rabia por la mala alimentación derivada de una logística doméstica a tiempo residual, sabe perfectamente que el debate sobre los usos del tiempo en el trabajo es uno de los más importantes para su vida, porque cualquier mejora va a tener un impacto positivo en su bienestar físico y emocional y, posiblemente, en el de las personas de su entorno. Igualmente, cualquiera que haya experimentado pasión por su trabajo o el anhelo de progresar económicamente, cualquier persona presa de la curiosidad creativa por el conocimiento profundo de una disciplina, o que se encuentre en una necesidad perentoria de recursos económicos, sabe que el debate sobre los usos del tiempo en el trabajo no puede obviar las múltiples realidades de una sociedad cada día más diversa.


Ninguna regulación podrá evitar esos momentos de intensidad que requieren una dedicación plena a un proyecto, sea personal o laboral. Como no habrá decreto que solucione todas las necesidades de una economía global, tecnológica y en constante transformación. No se podrá poner coto a las pasiones, a los sentimientos de culpa, al dispar sentido de responsabilidad ni, lamentablemente, a la desesperada necesidad de comida y techo. Pero a lo que sí se le está acabando el tiempo es a no escuchar a los equipos, a no tener en cuenta las trampas tecnológicas y a no tratar de poner medidas para mejorar la productividad de nuestras empresas.


El tiempo, nuestro bien más preciado, se hará de respetar. Y quizá algún día no sea necesario escoger entre tener tiempo para amar o tener tiempo para trabajar.

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