«No existe ningún impedimento legal». Estas cinco palabras, recogidas en una resolución de la Secretaría Autonómica de Salud Pública y del Sistema Sanitario de la Generalitat Valenciana, han sido suficientes para hacer que los micrófonos, órganos, guitarras eléctricas y otros instrumentos vuelvan a sonar en directo en Benidorm. Lo hicieron ayer, después de veinte días en silencio, desde que el pasado 6 de noviembre la Conselleria de Salud Universal y Salud Pública dictara nuevas medidas adicionales extraordinarias para frenar la propagación del covid-19 en la Comunidad. Las dudas del sector sobre si podían continuar actuando en establecimientos de hostelería y varias propuestas de sanción por parte de la Policía Autonómica pusieron «al filo de la ruina» a un sector que en la ciudad lleva ya meses herido de gravedad. Ahora, tras obtener luz verde para seguir ejerciendo su actividad, ven un rayo de esperanza. Han ganado otro pulso al coronavirus.

Alrededor de 150 profesionales de la música, el humor, la magia y otras representaciones artísticas viven de actuar en directo en bares, cafeterías, pubs y discotecas de Benidorm. «La música en directo siempre ha sido un reclamo y es una parte muy asentada en la cultura de esta ciudad porque es lo que más demanda el público británico», explica el «showman» Pablo Bloom, que actúa de manera habitual en varios de estos locales. Sin embargo, como en muchos otros sectores, tras el cese completo de su actividad por el confinamiento, la llegada de la nueva normalidad mantuvo a todos estos profesionales en una situación nada normal. «Comenzamos a remontar y a recuperar actuaciones al inicio del verano, pero la cuarentena en Reino Unido y después el cierre del ocio nocturno nos volvieron a dejar sin sitios donde actuar», mantienen.

Los bares cumplen con estrictas medidas de seguridad y prevención. | DAVID REVENGA

Algunos artistas se las ingeniaron para encontrar escenarios alternativos en bares, cafeterías, restaurantes y terrazas al aire libre para intentar sobrevivir a duras penas. Hasta que la resolución del pasado 6 de noviembre les puso de nuevo en el disparadero. Los afectados relatan que la Policía Autonómica se presentó en algunos establecimientos para cesar su actividad e, incluso, para interponer varias actas de sanción por importes que alcanzan los 3.000 euros. La falta de este «gancho» de la música o los monólogos en directo hizo caer en picado la clientela de algunos negocios, llegando incluso a plantear despidos de personal y cierres entre semana por este motivo. Hasta que la problemática llegó al Ayuntamiento y la Concejalía de Seguridad Ciudadana, considerando que la norma sí permitía estas actuaciones, optó por plantear una petición de aclaración al Consell.

En concreto, la Resolución de Sanidad del 6 de noviembre recogía textualmente la suspensión de la «actividad de los locales de discotecas, salas de baile, karaoke y bares de copas con y sin actuaciones musicales en directo» así como «la realización de karaokes y actuaciones esporádicas o amateur de canto en los establecimientos de restauración y hostelería», pero dejaba en el aire a los profesionales de este sector que están dados de alta como autónomos y pagan sus impuestos como cualquier otro. Éstos, en su mayoría, actuaban ahora al aire libre, con el público sentado a distancia y en establecimientos que cumplen con todas las garantías y medidas de seguridad sanitaria.

El martes llegó la respuesta. Según ha podido saber este diario, en ella la secretaria autonómica de Salud Pública, Isaura Navarro, aclara que «únicamente» se prohíben las actuaciones «esporádicas o amateurs», pero no las de estos profesionales y tampoco considera que haya impedimento legal para «disponer de un DJ en el establecimiento, siempre y cuando se respeten todas las medidas de seguridad y prevención establecidas en la legislación vigente». Tras esto, ayer, muchos profesionales volvieron a las tablas. Y devolvieron a Benidorm la música en directo.