El viento es salvaje (Fedra y Medea en Cádiz)
TEATRO PRINCIPAL DE ALICANTE
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Autora y directora: Ana López Segovia
Compañía: Las Niñas de Cádiz
Obtuvo este año el Premio Max de las Artes Escénicas al Mejor Espectáculo Revelación con sus formas de teatro popular-contemporáneo. Más que el argumento con su acentuada tonalidad cómica, que se apoya muy libremente en el carácter de la tragedia clásica griega, en los pasionales mitos de Fedra y Medea, lo más sobresaliente son las actrices de la compañía Las Niñas de Cádiz y el ingenio y la gracia de los versos recitados o cantados. No faltan los tópicos con los que se intenta ridiculizar aspectos sociales, al igual que hacen las chirigotas del carnaval de esa población andaluza.
«El viento es salvaje», de la autora y firme directora Ana López Segovia, con la colaboración de José Troncoso en este último cometido, juega con la suerte y la culpa a través de dos fraternales amigas desde la infancia. Una con fortuna (Alejandra López), y la otra, desgraciada (Teresa Quintero). Hasta que la primera implora a las alturas que cambien las cosas. Cambian y se ponen al revés con las determinadas consecuencias del destino o de la casualidad.
Rocío Segovia y Ana López Segovia, que también actúa, completan el cuarteto. La figura del mítico coro representa la voz de la autora o la del espectador que observa y analiza. Es el coro de los vecinos, la voz del pueblo. El tragicómico universo de la obra tiene el talante visual de una plástica escénica que enriquece un espectáculo con sus celos y extremas pasiones, sin perder los trazos de farsa en la exposición de tipos y caracteres.
Teresa Quintero evoca el personaje de Fedra, enamorándose locamente no de un hijastro, sino del hijo de la amiga, que nos recuerda a Medea con el papel que asume Alejandra López, a la que deja el esposo. Se enfrenta a la divinidad y late la destrucción. Ya las vimos con la compañía Chirigóticas.
Quintero ofrece el gracejo de sus cómicas características. López transmite el vigor de sus maneras, y las otras dos actrices redondean las jugadas teatrales vistas en el coliseo alicantino. Uno de los montajes más aplaudidos en la concluida 28 Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos.