En cualquier lista sobre los mejores villanos de la historia del cine, seguramente nos podemos encontrar entre los primeros puestos a la enfermera Mildred Ratched. El siniestro personaje de Alguien voló sobre el nido del cuco, que le brindó un Oscar a Louise Fletcher en 1975, se codea en el ranking con figuras como la de Darth Vader, Hannibal Lecter o Norman Bates. Había potencial de sobra para que volviera a la pantalla. Así que el guionista Evan Romansky empezó a imaginar su historia y un showrunner de la talla de Ryan Murphy le respaldó para crear la serie de televisión. Ha sido Sarah Paulson, una de las musas de Murphy, la encargada de interpretar al personaje en sus años de juventud. La primera temporada de Ratched se estrenó en Netflix la semana pasada y con vocación de permanecer en la plataforma durante varias entregas. La serie no es tanto una historia de orígenes, como una precuela, donde la intención es mostrarnos nuevas historias protagonizadas por el mismo personaje.

No nos encontramos con la misma Mildred Ratched que en la película. En el film de Milos Forman, la enfermera simbolizaba la opresión del sistema, un sistema al que el personaje que interpretaba Jack Nicholson pretendía burlar simulando ser un enfermo mental para no tener que cumplir una condena de prisión por abusos a una menor de 15 años. Probablemente si hubiera sabido con quién se la estaba jugando, se lo habría pensado mucho antes de tratar de desafiarla. La enfermera demostraba que era capaz de hacer lo que fuera con tal de recuperar el control que la llegada del nuevo interno había puesto en peligro.

En la serie de televisión, Ratched también intenta tomar el control del hospital al que se acaba de incorporar. Hay un cambio de escenario, ya que si bien en la película el centro se encuentra en Oregón, la serie transcurre en una clínica en la soleada California que se vende como una especie de spa para las enfermedades mentales, en manos de un médico de más que dudosa reputación. Todo en ella son dobles juegos y manipulaciones que tratan de esconder qué es lo que Ratched persigue realmente. A pesar de sus tendencias homicidas, todavía no es el personaje malvado que conoceremos en la película y hasta demuestra actitudes que podrían considerarse heroicas, enfrentándose al sistema al que luego ella representaría. La serie podría ser un equivalente a lo que se hizo con Norman Bates en Bates Motel. Con la diferencia de que ésta estaba ambientada en la época actual, mientras que Ratched transcurre a finales de los años 40. Esto permite darle un toque retro adornado con algunas de las bandas sonoras de Bernard Herrmann que le sientan muy bien a su atmósfera. Hay homenajes y planos que son puro Alfred Hitchcock. Desde Vertigo a Con la muerte en los talones, pasando por Psicosis. Aunque hay que precisar que una de las bandas sonoras más reconocibles de su repertorio no es una película de Hitchcock, El cabo del miedo.

Pero hay otra serie de Ryan Murphy con la que Ratched tiene conexiones de estilo y es con American Horror Story. Sobre todo con la segunda temporada, una de sus entregas más alocadas y aplaudidas y que transcurría también en un psiquiátrico. En ella, uno se podía encontrar cualquier cosa: un asesino en serie, abducciones extraterrestres, números musicales y hasta la mismísima Ana Frank. En ambas series se muestran a los psiquiátricos como crueles centros de tortura donde se somete a sus internos a lobotomías con escalpelo y electroshocks y en ocasiones con pretextos como el curar la homosexualidad o todo aquel que se saliera de los roles establecidos por la sociedad. En aquella temporada, Sarah Paulson, la misma protagonista que en esta serie, interpretaba a una periodista que acababa internada en un psiquiátrico por husmear demasiado en sus inhumanos tratamientos. Su carcelera era una enfermera tan retorcida como Ratched y estaba interpretada por Jessica Lange. Este personaje tenía su momento de redención al final de la temporada y parece que se pretende hacer lo mismo con la demoníaca enfermera que inmortalizó el mundo del cine.

Dicen que el abusador es una persona que normalmente sufrió abusos.  La serie trata de explorar de dónde viene el dolor que llevó a Ratched a ser la persona que conocimos en la peícula. El viaje aún no se ha completado y, si la audiencia acompaña, puede que tengamos su compañía para rato.

Como en cualquier serie de Ryan Murphy no hay que perderse el plantel de actores secundarios, donde el showrunner recluta para su troupe a viejas glorias del cine de los noventa. Entre las sorpresas más destacadas se encuentra Sharon Stone, en el papel de una excéntrica millonaria en busca de venganza; Judy Davis, secundaria habitual en el cine de Woody Allen durante sus años dorados, que aquí interpreta a la jefa de las enfermeras cuyo puesto se ve amenazado tras la incorporación de Ratched al centro; o Amanda Plummer recordada sobre todo por su papel en Pulp Fiction, como la metomentodo directora del motel donde se aloja la protagonista; o Cinthia Nixon de Sexo en Nueva York, como la secretaria de prensa de un gobernador que pretende obtener votos con la ejecución de un asesino en serie. Nada malo podía salir de allí.