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Ángel Barco: «En el mejor de los casos la pandemia no desaparecerá hasta bien entrado 2021»

Director del Instituto de Neurociencias. El investigador Ángel Barco coge las riendas del Instituto de Neurociencias con el reto de poder ampliar espacios para seguir creciendo. Observa esperanzado el aumento de presupuesto en ciencia y prevé resultados para curar enfermedades neurodegenerativas y mentales en diez años

El nuevo director del Instituto de Neurociencias, Ángel Barco.

P Es el cuarto director del Instituto de Neurociencias, ¿en qué estado se encuentra el Instituto y cuáles son los principales retos?

R Salvando la situación especial de covid que nos limita el trabajo diario, en cuanto a proyectos de investigación en marcha nos encontramos en una posición muy buena. Sólo este año hemos conseguido tres grandes proyectos europeos que se suman al resto de las investigaciones financiadas por el plan nacional de I+D y los programas de la Generalitat. El Instituto en estos veinte años ha sido un proyecto de éxito al que se han ido incorporando grupos de investigación muy buenos que han captado proyectos competitivos y han podido reclutar a más investigadores y al mismo tiempo se ha convertido en un polo de atracción para jóvenes neurocientíficos que quieren unirse a este proyecto. Hemos llegado al límite de capacidad del edificio porque hemos cuadriplicado el número de personas con respecto a los inicios y tenemos problemas serios de espacio para laboratorios y experimentación. Así que el reto es ver cómo seguir creciendo.

P ¿Está en vías de solución ese problema de espacio? El rector de la UMH se comprometió a buscar soluciones.

R Estamos en el proceso de hacer propuestas. La recepción por parte de la UMH es muy buena, la universidad está muy comprometida con el Instituto y estamos viendo posibilidades. En el equipo rectoral son conscientes del problema y esperamos encontrar una solución.

P En Neurociencias son punteros en investigación de enfermedades neurodegenerativas y en cáncer. Con la pandemia, ¿pueden verse afectadas al volcarse los esfuerzos en el covid?

R La situación de la pandemia nos afecta en el día a día porque por motivos de seguridad no podemos tener una ocupación normal, al 100%, de los laboratorios. Los fondos de investigación son limitados y si se derivan al covid podría no haber suficientes para otras áreas, pero no parece que vaya a ser el caso. Tanto el Gobierno como el Consell expresan una voluntad de mejorar las condiciones de la investigación. En crisis económicas previas la investigación fue una de las áreas que sufrieron más recortes, pero en este caso está previsto un aumento en los presupuestos. La idea es que en unos años se destine el 2% del PIB a ciencia. No sé cuánto se tardará en llegar a este objetivo, pero las acciones que se están tomando ahora mismo van en el sentido de no dejar a la ciencia de lado. En la convocatoria de proyectos de investigación del ministerio, que se acaba de abrir, hay un aumento de presupuesto. Desde la Generalitat también están reforzando la ciencia y la innovación, lo cual es una buena decisión. Y en Europa hay una apuesta por un cambio de paradigma y está prevista una inversión fuerte dentro de los fondos para la recuperación destinada a I+D+I. Aunque son momentos muy difíciles la comunidad científica ve con cierta esperanza la situación de la investigación.

P Se puede decir que es una de las pocas cosas positivas de esta pandemia.

R Una de las cosas que ha demostrado la pandemia es que invertir en ciencia y en investigación tiene un rédito. A veces no se ve inmediatamente, pero en situaciones como ésta se ha puesto de manifiesto.

P Conociendo las líneas que están en marcha en el Instituto y lo que realizan en otros países, ¿qué enfermedades cree que en un plazo de diez años podrían tener una cura?

R Tenemos grupos que trabajan en el sistema nervioso y enfermedades neurodegenerativas y otros que se dedican a enfermedades mentales y trastornos que abarcan desde la esquizofrenia al autismo y las adicciones. Se están produciendo avances en todas las áreas, pero no me atrevería a decir qué enfermedad concreta pueda estar resuelta en diez años. Nuestra comprensión de los mecanismos cerebrales y de las causas de la enfermedad avanza mucho y espero que en diez años estemos más cerca de una cura para varias enfermedades.

P La ciencia va muy unida a la tecnología. La explosión de la Inteligencia Artificial y la ciencia de datos, ¿supondrá una progresión exponencial en resultados?

R Espero que sí. Dentro de los planes del Instituto, que tiene una tradición muy fuerte en ciencia básica, nos gustaría potenciar más el aspecto traslacional, intentar que parte de ese conocimiento básico pueda llegar a la clínica o a estudios en humanos.

P ¿Trabajan en alguna línea covid?

R El Instituto está en vías de conseguir poder hacer pruebas diagnósticas al contar con un laboratorio de seguridad biológica tipo dos, en breve podrá estar en marcha, pero no se nos ha requerido todavía. Algunos investigadores sí están trabajando directamente en covid, como Salvador Martínez que tiene un proyecto para probar el efecto de un antiinflamatorio en pacientes graves de covid. Pero la mayor parte del Instituto trabaja en el conocimiento del cerebro y ha retomado sus investigaciones tras meses con una menor actividad debido al confinamiento.

P Parece que por fin hay vacunas con resultados prometedores, ¿cree que será la solución definitiva para volver a la vida pre covid o tendremos que convivir con la enfermedad algún año más?

R Creo que todavía tenemos unos meses por delante de convivir con la enfermedad. A medida que aumente el número de personas inmunizadas podremos ir relajando muchas de las medidas, pero para que desaparezca completamente en el mejor de los casos habrá que esperar a bien avanzado 2021. Tendremos que aprender de esto para el futuro, no sé cómo nos va a afectar en la vida normal a partir de ahora. Probablemente, tras adaptarnos al teletrabajo y las reuniones virtuales éstas tendrán más espacio. Espero que también sobrevivan algunas estructuras de Salud Pública que puedan servir para prevenir la siguiente pandemia.

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