El Sindicato de Enfermería (Satse) ha solicitado a la Conselleria de Sanidad la revisión de todos los positivos en coronavirus entre los profesionales sanitarios que han sido clasificados, desde marzo hasta la actualidad, como contagios de origen social y no de origen laboral. El sindicato quiere saber cuántos de esos casos se han producido en el entorno del trabajo, aunque sea durante las comidas o el tiempo de descanso dentro del hospital o el centro de salud. En tal caso deberían haber sido considerados como contagios de origen laboral y no social, según confirmó a este diario Francisco Martínez, el responsable autonómico de Salud Laboral y Prevención de Riesgos Laborales del sindicato Satse, tras entrevistarse el pasado miércoles con la responsable autonómica del área para advertirle de la irregularidad en la que podría incurrir Sanidad ante una clasificación que, hasta la fecha, no han seguido la mayoría de los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales de los Departamentos de Salud de la Comunidad Valenciana. De hecho, solo se consideraba que el contagio tenía origen laboral por accidente de trabajo cuando procedía de un contacto directo con un enfermo que hubiera dado positivo en coronavirus. Pero, a partir de esta semana, la Conselleria dejará de contabilizar como contagios de origen social los que sufren los trabajadores sanitarios cuando se encuentran reunidos, descansando o comiendo en las salitas habilitadas en sus centros de trabajo. Un controvertido asunto que ha salido a la luz a raíz de los dos brotes que han infectado a 25 enfermeras y auxiliares de Traumatología y Oncología del Hospital General Universitario de Elda.

La revisión que ahora solicita el Satse debe incluir a los 4.491 profesionales sanitarios que se han contagiado de coronavirus en la Comunidad Valencia desde que comenzó la pandemia hasta el pasado 13 de noviembre. El colectivo más afectado ha sido precisamente el personal de enfermería con 1.535 positivos en covid-19, seguido por los facultativos con 1.259 infectados, los profesionales TCAE -antes denominados auxiliares de enfermería- con 803 contagiados, el personal administrativo con 262 casos, los celadores con 250 positivos, los técnicos con 139 infectados y el resto del personal no sanitario y sanitario del sistema público con 155 y 88 positivos respectivamente. Considerar estos contagios de origen laboral supone admitir fallos en el sistema de protección del personal y también acarrea consecuencias laborales. En el caso de los hospitales públicos la baja, si se reconoce como accidente de trabajo, repercute en las prestaciones para la jubilación y en las indemnizaciones en caso de sufrir secuelas por el covid-19. Peor lo tienen los profesionales de la sanidad privada porque, si el contagio se considera social y no laboral, pierden el 25% del salario durante el tiempo que dure la baja.