La quiebra de la cadena de clínicas odontológicas Dentix, que acaba de presentar concurso de acreedores, deja unos 100.000 afectados en todo el país, entre los que se encuentran más de 4.000 en la provincia. La incapacidad para afrontar pagos a proveedores y personal de clínica ha llevado al dentista Ángel Lorenzo Muriel, propietario de los 300 centros Dentix que forman la cadena en España, Europa y Latinoamérica, a solicitar un plan de viabilidad para pagar a sus acreedores. En esa lista, los pacientes que han visto interrumpidos sus tratamientos ya pagados a través de créditos contraídos con distintas financieras serían los últimos en ser resarcidos. Ante la complicada situación de la compañía, muchos tratan de recabar su historial clínico y otra documentación financiera para poder reclamar una reparación.

El centro de Maisonnave ha abierto esta semana con intermitencia y sólo para revisiones y orientar a pacientes

«Ahora es difícil saber cuántos afectados hay realmente. En el caso de iDental fueron 200.000 sólo en la Comunidad Valenciana y el número fue creciendo durante las investigaciones del juez porque iban saliendo nuevos casos», explica Pau Bernad, secretario general de Facua en la autonomía. En este sentido, el dato de Alicante se obtiene al aplicar el peso demográfico de la provincia sobre la estimación de afectados a escala nacional, una cifra que coincide con el número de clientes alicantinos de la cadena que calculan profesionales del sector. «Dentix tiene ocho clínicas en Alicante con unos 500 pacientes de media cada una, porque hay unas más grandes y con más atención que otras», apuntan.

Las organizaciones de consumidores ya han empezado a reunir afectados para organizar una reclamación conjunta, en previsión de que el acuerdo con los acreedores no evite la liquidación de la compañía. Mientras tanto, «sólo cuatro de las 20 clínicas que hay en la Comunidad siguen abiertas y atendiendo pacientes», añade Bernad.

Cuatro de doce dientes

Uno de los centros que ha funcionado esta semana, con intermitencias, es el de la avenida Maisonnave de Alicante. Con aglomeraciones puntuales y horas de apertura y cierre distintos a las mostradas en el horario de la entrada, la actividad se reduce en la práctica a trabajadores y clientes compartiendo incertidumbres. «No están poniendo piezas nuevas, sólo hacen ajustes en ortodoncias o revisiones, pero ningún tratamiento nuevo», explica una mujer, que acompaña a su hija adolescente, tras hablar acaloradamente con la recepcionista. «Ellos, al final, están igual que nosotros. Te dicen que no saben nada, que les han dicho que seguramente cierren a final de mes y que nos se hace ya nada nuevo».

Ha acudido para recoger el historial clínico de las ortodoncias de sus dos hijos, para los que firmó un crédito de 6.000 euros con la financiera Cetelem. Al chico ni siquiera le han puesto la parte inferior de los brackets. «Vine con muchas reservas porque no me fio nada de estas clínicas, pero le hicieron una cosa a mi marido e insistió porque estaba encantado. Al final, lo barato sale caro», afirma antes de marcharse.

El caso de Maribel es más sangrante. Viuda y septuagenaria, espera desde hace un año y medio a que le pongan ocho de los doce implantes que le recomendaron hacerse, un tratamiento que presupuestaron en 12.000 euros. Los dentistas de la clínica le aseguraron que se libraría del pánico a depender de una dentadura postiza «en ocho meses». «Dijeron que me tenían que quitar todas las piezas y que me pondrían una prótesis, algo temporal, hasta que estuvieran todos los implantes. Pero sólo me han puesto cuatro y sigo con la prótesis», explica la afectada, que se señala constantemente la parte inferior de la mandíbula bajo la mascarilla. «En este me pusieron el implante pero falta la corona, y tengo ahí un hierro que se me clava en la encía y me causa mucho malestar», cuenta en la puerta del centro sanitario. Ya antes de la pandemia «tenía la sensación de que me mareaban, que cuando venía sólo me hacían revisiones para no terminar de ponerme los implantes». Cuando llegó el coronavirus, la excusa fue más sencilla: «Este año siempre me decían que no llegaban las piezas por la pandemia».

Casos de mala praxis en la Comunidad

El caso Dentix ya muestra posibles malas prácticas en las clínicas. «Empiezan a llegarnos casos en los que ha habido mala praxis: presupuestos hinchados, extracciones innecesarias, algún implante mal puesto con sangrado y malestar e incluso una mandíbula rota», cuenta Pau Bernad, portavoz de Facua en la Comunidad Valenciana. Los afectados que llegan a la organización de consumidores informan de que había «muchos dentistas mirando la misma boca», lo que indica que la rotación de profesionales era elevada.

Recuperar documentación, la clave para reclamar 

El secretario general de Facua, quien conoció de cerca las quiebras de modelos de negocio similares como Vitaldent o iDental, teme «un desastre parecido» en el caso de Dentix. Tiene claro cómo deben proceder los clientes que aún tengan acceso a sus clínicas. «A los afectados los estamos encauzando para que consigan el historial clínico, el presupuesto y el contrato con la financiera. A partir de ahí empieza la batalla: negociar con la entidad financiera y trasladarse a otra clínica para intentar seguir el tratamiento y hacer un peritaje de su situación bucodental antes de empezar en un sitio nuevo», recomienda.

Los dentistas muestran la disposición de los abogados del Icali y la suya para ofrecer ayuda gratuita a los pacientes

Ante el mal pronóstico del caso Dentix y tras la experiencia con negocios dentales del mismo cuño, el Consejo General de Dentistas ha publicado una serie de recomendaciones en caso de cierre repentino de una clínica odontológica, texto que ha recogido en su web el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Alicante (Coea). Además de aconsejar la recopilación de documentos (folletos incluidos), recuerda a los afectados que tienen derecho a reclamar a la entidad financiera la interrupción de los pagos; a presentar una queja ante Consumo y a recurrir a la vía judicial por daños y perjuicios en caso de mala praxis, tratamientos no finalizados, negligencia y/o estafa. Los dentistas señalan que los clientes pueden solicitar asistencia jurídica gratuita en los colegios de abogados territoriales en caso de carecer de recursos. También indican su disponibilidad para dudas.