Ana Sarabia estuvo al frente de la concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Ibi siete años con el PP, concretamente entre 2003 y 2009. A raíz de la denuncia del grupo municipal socialista fue investigada por malversación, negociaciones prohibidas a los funcionarios y prevaricación. Posteriormente, el propio Consistorio también se personó en el caso como acusación. Y ahora, doce años después, la Audiencia de Alicante la ha absuelto.

Pese a que fue concejala de Deportes durante siete años, la investigación se centró en el periodo comprendido entre 2005 y 2006...

Algo incomprensible, porque tanto antes como después de esas fechas las actividades eran exactamente las mismas. Nosotros organizábamos muchísimos viajes y talleres relacionados con el deporte, como senderismo, baile...

Y las actividades, ¿las pagaban las personas que participaban?

Claro. No se gastó dinero público, como se ha demostrado. La gente que se apuntaba pagaba y nosotros llevábamos el dinero a las agencias de viajes o donde fuera.

El PSOE fue el que denunció, pero posteriormente se sumó a la causa el propio Ayuntamiento...

Así es. La presentó el PSOE y al tiempo el Ayuntamiento se presentó como acusación.

Pero cuando se presentó el Ayuntamiento el gobierno municipal estaba formado por sus compañeros del PP, ¿qué supuso para usted?

Un duro palo. Fue horrible, porque nunca esperas que tus propios compañeros te hagan daño. Aunque es cierto que el PSOE pedía hasta cuatro años por los delitos de malversación,

negociaciones prohibidas a los funcionarios y prevaricación, y el Ayuntamiento, primeramente, no. Posteriormente, cuando cambió la Alcaldía y el equipo de gobierno [en referencia al periodo en el que el actual alcalde, Rafael Serralta, releva a Mayte Parra] sí se sumaron a la acusación del PSOE.

¿Cómo creen que tenían que haber actuado?

No lo sé, pero el Ayuntamiento podía haberse presentado como defensa y no como acusación.

¿Cómo ha vivido el proceso?

Esto marca mucho. Y yo lo he pasado mal, pero lo peor que he llevado es el sufrimiento de mi familia. En estos casos se viven dos juicios paralelos: el del juzgado y el mediático, y este último, al final, te hunde, porque yo me quería morir cada vez que me veía en los periódicos. He vivido una caza de brujas doce años.

¿Siempre tuvo claro que podría demostrar su inocencia?

Desde el principio tenía claro que ganaría. Ya el juez de Ibi quitó la acusación de malversación porque hubo un perito que dijo que no faltaba ni un euro.

¿Y la famosa «caja B»?

Quedó demostrado que nunca hubo una «caja B». Sí es cierto que había una caja para guardar el dinero en efectivo en el polideportivo procedente de cuotas de abonados, y que ese dinero lo llevaba el gerente al Ayuntamiento y lo fiscalizaba con el interventor.

¿Pensó en tirar la toalla?

Sí. He tenido que cambiar varias veces de abogados durante el proceso judicial porque sufrían presiones políticas, y si no llego a encontrar estos últimos hubiera tirado la toalla, aunque me alegro de no haberlo hecho porque he podido demostrar que no hice nada de lo que se me acusaba, que era inocente.