El Instituto María Blasco de San Vicente del Raspeig «plastificó» ayer simbólicamente la violencia de género en el día que se conmemora el rechazo a la violencia contra las mujeres. Tres figuras a tamaño real hechas en plástico muestran escenas de violencia. Una representa, a modo de Piedad, la escena en la que un niño de unos 4 años llora junto a su madre muerta en el suelo; otra muestra a una pareja en la que el hombre está agarrando por el cuello a la mujer; y la tercera escena es una mujer que llora sentada debajo de una mesa. Son escenas llenas de dramatismo y que han ayudado a los estudiantes a concienciarse aún más del drama que supone la violencia contra las mujeres.
Es habitual en los centros escolares del municipio desarrollar actividades que ayuden a concienciar a los alumnos sobre la violencia contra las mujeres para conmemorar el 25 de noviembre. En el María Blasco los estudiantes del grupo A de tercero de la ESO han trabajado junto a su profesor de plástica, Pepe Torres, durante las últimas semanas, en una técnica denominada «tape sculpt» que se basa en el uso de film transparente para representar figuras. La técnica consiste en recubrir con el plástico a una persona o figura en una postura determinada que luego se recorta y se ensambla con cinta de embalaje creando un efecto llamativo.
La primera idea era hacer una única escultura para visibilizar escenas de maltrato, pero finalmente se produjo una tormenta de ideas y se amplió el número de escenas para que los más de 800 estudiantes y profesores puedan contemplar las figuras con un claro mensaje.
La lucha contra las desigualdades es una de las máximas del instituto desde su nacimiento en 2008. La profesora Ana Carnero, coordinadora de las actividades de igualdad destaca que el centro ha trabajado la coeducación «cuando aún no se hablaba de coeducación». El centro pone especial énfasis en el 25-N y el 8 de marzo trabajando aspectos concretos relacionados con la mujer. Un trabajo que se desarrolla en las tutorías. «El instituto tiene una mirada hacia los cuidados, el medioambiental, el de las personas y la igualdad de trato, el cuidado de uno mismo. Y el conjunto es esa sensibilidad especial que queremos transmitir». Ayer fue un día importante. Y guardando las distancias se llevaron a cabo actos simbólicos. El timbre de cambio de clases, que habitualmente es musical, consistió en una canción relacionada con la violencia cantada por una alumna de Teatro en Inglés. En las clases se encendió una varilla de incienso mientras en el patio los delegados protagonizaban el acto más emotivo: la lectura de un manifiesto con el compromiso de los estudiantes del instituto contra cualquier tipo de desigualdad y la posterior lectura de los nombres de cada una de las 41 víctimas de violencia machista de 2020 escritos en un papel que cada delegado arrojó a una hoguera. A continuación se guardó un minuto de silencio. «Ha sido una experiencia emocionante e inolvidable. Es lo más bonito que he visto, todo el instituto volcado», confiesa Duna Gómez, la alumna de 17 años que ha leído el manifiesto, a pesar de ser tremendamente tímida, pero motivada por su convencimiento feminista.
También a las puertas del Ayuntamiento se leía un manifiesto contra la violencia de género. Y el consistorio ha grabado un vídeo con el objetivo de «desmontar bulos sobre la violencia de género».
